UN ESPECTÁCULO INSPIRADO EN LOS PERSONAJES DE LAS FERIAS AMBULANTES, CREADO POR OS HERMANOS ROSÁNGELES Y EDISON VALLS

La compañía valenciana Ananda Dansa se reinventa a sí misma con «El circo de la mujer serpiente», un espectáculo en que la danza, el humor, los clowns y el ilusionismo son los protagonistas. Un viaje en el tiempo hacia un pasado reciente en el que carpas y barracones mostraban la constelación de lo insólito, del asombro y el prodigio, que lleva al Teatro Fernán Gómez de Madrid este 22 de diciembre.

Por el escenario desfilará toda una fauna colorista de personajes rescatados de las ferias ambulantes. El jefe de pista, un clown-fou (payaso loco), guiará al espectador por los números de un espectáculo trasgresor que invita a reflexionar sobre lo diferente a través del asombro, de la risa del clown y del ilusionismo. La obra está creada y dirigida por los hermanos Rosángeles y Edison Valls, con coreografía de toni Aparisi y música original de Pep Llopis.
«El circo de la mujer serpiente» es un espectáculo de danza contemporánea destinado a todos los públicos. Inspirada en las carpas itinerantes del siglo XIX y las casetas de feria de la primera mitad del siglo XX, la obra tiene una estructura circense en clave de humor y está protagonizada por una trouppe de payasos. El «clown-fou” (o payaso loco), al son de la música original de este circo, ejercerá de jefe de pista para hacer danzar ante el espectador un variado espectro de personajes prodigiosos.
Además de disfrutar del espectáculo en sí mismo y por sí mismo, para los niños y jóvenes espectadores, tal vez la faceta más didáctica de este espectáculo pase por entrar en el juego de «mirar con ojos antiguos”, de acercarse a aquel espíritu del circo y las casetas de feria hoy tan diluido o simplemente desaparecido. Entre los múltiples matices extremos y complementarios de aquel espíritu, hay uno especialmente destacable: el de «lo diferente” como objeto de exhibición monstruosa o – cuando menos – de asombroso espectáculo. Entendiendo por «diferente” todo lo que escapaba a la realidad del humilde entorno cotidiano de la época: el ilusionismo, la doma de fieras o seres salvajes, lo extranjero y exótico, lo monstruoso, las habilidades más arriesgadas… Y, para contrarrestar ese universo tenso y a veces desgarrador, estaba la imprescindible presencia de los payasos.