Por Boquerini

Han sido nueve dias intensos, pero la mejor película del Festival de San Sebastián, ha sido la que, fuera de concurso, clausura el certamen: Una producción colombiana, dirigida por Fernando Trueba y con Javier Cámara como protagonista, «El olvido que seremos». Se trata de una adaptación del libro homónimo de Héctor Abad Faciolince, que recoge la historia de su padre, el médico y activista por los derechos humanos de Medellín Héctor Abad Gómez, que fue asesinado por los paramilitares.

El libro de Héctor Abad Facioline es la biografía novelada de su padre. Un relato desgarrador y emocionante sobre la familia, que refleja, al tiempo, el infierno de la violencia que ha golpeado Colombia en los últimos cincuenta años. «Como niño yo quería algo imposible: que mi padre no se muriera nunca. Como escritor quise hacer algo igual de imposible: que mi padre resucitara. Si hay personajes ficticios -hechos de palabras- que siempre estarán vivos, ¿no es posible que una persona real siga viva si la convertimos en palabras? Eso quise hacer con mi padre muerto: convertirlo en alguien tan vivo y tan real como un personaje ficticio», ha dicho el escritor Héctor Abad Facioline.

Con guion de David Trueba, hermano del director, sigue al profesor, médico y activista por los derechos humanos, Héctor Abad Gómez, desde la perspectiva de su hijo, que estudia en Turín (Italia) y que regresa a Medellín para un homenaje a su padre en la Universidad siendo asesinado muy poco después. Diego Abad Gómez estaba convencido de la necesidad del compromiso social de la medicina en países devastados por la pobreza, como Colombia. Siempre mantuvo una actitud militante lo que le convirtió en objeto de amenazas en muchas ocasiones, pero él nunca quiso exiliarse ni tampoco quedarse callado.

En agosto de 1987 un sicario le cosió a balazos. Tenía 65 años. En el bolsillo de su pantalón se encontró un papel con una lista de amenazados de muerte, que le incluía a él, y copiado a mano, un verso de un poema de Jorge Luis Borges, que explica el título del libro escrito por su hijo: “Ya somos el olvido que seremos…” Héctor Abad Faciolince fue el primero en llegar, junto con su madre, Cecilia Faciolince, a la calle de Medellín donde yacía el cuerpo sin vida de su padre, aquel agosto de 1987. A partir de ese hecho, el escritor ha tardado 20 años en poder escribir un bello y doloroso viaje hacia la figura del padre. Y no para hacer cuentas, tampoco para pedir la cabeza de sus verdugos. Lo hace para explicar a un hombre. La película utiliza el blanco y negro para mostrar el presente y un coloe deslumbrante para recordar la vida del médico y de su numerosa y bulliciosa famila.

La película es sobre todo un canto a la vida y al compromiso de un hombre bueno. Parece que Fernando y David, miembros de una familia numerosa, han recogido aspectos de su infancia para mostrar esta historia. Por su apuesta vital puede recordar a «Belle époque», aquí en un Medellín bullicioso y alegre que los paramilitares acabarán por cercenar. El película es una producción íntegramente colombiana y es el título elrgido por el país para que compita tanto en los Goyas a la mejor película iberoamericana como en los Oscar de 2021 a la película extranjera. Y tiene muchas posibilidades de lograr ambos premios.