«Last Film Show» ha sido definida como el «Cinema Paraíso» de la India. La película, proyectada este domingo en la Semana de Cine de Valladolid. Dirigida por Pan Nalin, narra la propia infancia del director: Después de ver una película en un cine local, la vida de un niño de 9 años llamado Samir da un vuelco enamorándose profundamente del cine. Pese a que su padre considera «inmoral» la obsesión de su hijo y le da una paliza para desterrar de él esa afición, este logra abrirse un hueco en el cine de su pueblo cuando un día se cruza con el proyeccionista con el que llega a un acuerdo: El pequeño le entregará su almuerzo al proyeccionista del cine a cambio de que este le deje ver las películas sin pagar. Ese trueque se convertirá en una entrañable amistad.

La película, además de un canto de amor al cine, lo es a las condiciones de proyección hasta hace poco tiempo: bobinas que hay que colocar en los proyectores, hay que saber manejarlos, conocer las técnicas de proyección, las características del celuloide… Pero eso está a punto de acabarse, cuando las proyecciones digitales se impongan y acaben con el celuloide, las bobinas y los aparatos de proyección cuando llegan las técnicas digitales a través del ordenador, y el celuide se recicle para fabricar avalorios.

En Valladolid Nalin ha recordado que la primera parte de su formación fue «autodidacta» y «un viaje muy largo». «No podía acudir a una escuela de cine porque venía de una familia modesta, así que empecé a adquirir películas en 35 mm», ha contado. El director indio también ha hecho referencia a que le «rompió el corazón» ver cómo los cines monosala desaparecían y llegaban las multisalas, pero que «quería participar también del futuro del cine, y de esa tensión surgió «The Last Film Show», una película que, precisamente, se concibió para rodarse en 35 mm., hasta que nos dimos cuenta de que «era un material muy caro, sobre todo, por el procesado». La solución, que Nalin encontró junto a su director de fotografía, fue «rodar en formato cinemascope con lentes LOMO y adaptarlo después a lo digital».

También este domingo se ha presentado «Un héroe», del prestigioso director iraní Asghar Farhadi, que tras su periplo rodando en Francia y España («Todos lo saben»), ha regresado a su país para contar la historia de un hombre que «elige sufrir para dormir tranquilo». La película cuenta la historia de un hombre que está encarcelado por una deuda impagada. Durante un permiso de dos días intenta convencer a su acreedor para que retire la denuncia a cargo de pagarle una parte de la deuda, pero las cosas no saldrán como las había previsto.

A falta de la visita de Farhadi a la Seminci, ha sido su protagonista, Amir Jadidi, ha sido el encargado de presentar la película este domingo en la 66 Semana Internacional de Cine de Valladolid. «Hay muchas personas que se olvidan de que tienen conciencia y prefieren simplemente vivir, y otras como Rahim el protagonista, prefieren vivir y dormir por las noches». El actor ha añadido: «Todo el mundo tiene nobleza, pero hay que ver su potencialidad y aprovechar las oportunidades de ser mejor persona. Es este un personaje, que se enfrenta a una situación que nos puede pasar a todos en la vida, que nos muestra al ser humano con sus demonios y sus virtudes».

Jadidi ha tenido palabras para Farhadi, que firma también el guion de la película, una coproducción entre Irán y Francia: «Es uno de los grandísimos directores que existen, del que no solo aprendes sobre cine, sino también cómo ser una buena persona, una persona íntegra, y para mí eso ha sido un regalo bendito». «Algo que me enorgullece de mi cultura es que los jóvenes no pensamos que lo tenemos todo y ya, sino que lo tenemos gracias a nuestros mayores», ha dicho.

La tercera película de la competición ha sido «El contador de cartas», del prestigioso guionista y director norteamericano Paul Schrader («Hardcore: un mundo oculto», «Blue Collar»), protagonizada por Oscar Isaac, acompañado por Tye Sheridan o Willem Dafoe. Se trata de una película opresiva y discursiva, con la mayor parte de kla acción en el interior de una prisión, que narra una historia de redención y venganza con forma de thriller, la historia de un ex interrogador del ejército convertido en jugador, al que persiguen los fantasmas de sus decisiones pasadas. Una película cien por cien Schrader, densa y compleja, y con diálogos intensos.

También este domingo, dentro de la gala de RTVE se ha estrenado la nueva película de Benito Zambrano, «Pan de limón con semillas de amapola», un intenso melodrama familiar con conflictos ocultos, basado en una famosa novela de Cristima Campos, con la que el director regresa al universo femenino de su ópera prima, «Solas». La historia sobre un grupo de mujeres que aprenden a decidir, con libertad y valentía, sobre su futuro, a través de un relato en torno a la amistad, la maternidad y los secretos que esconde una receta de pan olvidada en la isla de Mallorca. Una historia de narrativa clásica y muy cuidada, que busca sobre todo la emoción, algo que Zambrano sabe encontrar como nadie.