Juan José Millás es un escritor de la extrañeza. Un autor que quizás reciba en su cabeza la visita de palabras que le pidan o le digan cosas, como a Julia, la protagonista de su novela “La mujer loca” (Seix Barral, 2014). A Julia vino un día a verla la palabra “pobrema”, angustiada porque no significaba nada. Julia la tumbó sobre un folio, le extirpó cuidadosamente la “ma”, y quedó “pobre”, que ya sí tenía significado en el Diccionario. Millás hace sensacionales ejercicios para equilibristas en sus libros y en sus artículos entre la realidad y la ficción, consciente de que lo que pasa por la cabeza puede pasar después en la calle. “No sabemos qué días somos reales y qué días somos irreales, hay miércoles que parecen jueves”, dice Asunción Ortega /Juan José Millás en la inquietante, inmensa, reflexiva y alocada obra teatral, que fluctúa brillantemente entre el thriller policíaco y el teatro de pensamiento, “Miércoles que parecen jueves”, que se representa en el Teatro Quique San Francisco de Madrid.

Asunción Ortega, que asegura ser Millás, irrumpe a punta de pistola en un instituto de Enseñanza Media en el que iba a pronunciar el escritor la conferencia titulada “Realidad y ficción”. A partir de ahí, en una atmósfera de creciente tensión, reflexión y humor, la función parece sumergirse en la cabeza de Millás, como lo hacían aquellas palabras en la mente de la mujer loca, en las obsesiones y constantes literarias del escritor, sobre todo en la idea de lo real y lo irreal. Dice la protagonista: “Mi padre, que está muerto, era real, y el ‘Quijote’, que está vivo, es irreal”. O bien: “¿Delira o no delira la realidad?”. Y se pregunta: “¿Acaso la realidad no se alimenta de la imaginación?”. La pieza también supone una interesante reflexión sobre hasta qué punto la obra de un escritor pasa a convertirse en propiedad del lector apasionado. “Yo leo a muerte. Siempre he leído a muerte. Leer a muerte es como jugar a la ruleta rusa, en una de esas te conviertes en el autor de lo que lees”, afirma la protagonista. En su obra novelística y periodística, sí, Juan José Millás ofrece más que ideas, ocurrencias, pero son unas ocurrencias llenas de ideas.

La actriz Clara Sanchís, colosal, llena en este complejo monólogo el escenario, ataviada con una gabardina a lo Colombo, y la amenazadora y permanente presencia de un revólver en su mano, con el que efectúa varias detonaciones. El público, al que se dirige frecuentemente, está secuestrado en esta travesía a través de la realidad y la ficción. La Policía lanza mensajes desde fuera contra la mujer. Juan José Millás la advierte desde el plasma. Encarna aquí Clara Sanchís un personaje radicalmente distinto, por ejemplo, al de Teresa de Ávila en “La lengua en pedazos”, de Juan Mayorga (otro autor que suele adentrarse por el túnel de la realidad y la ficción), pero interpretado con idéntico talento. Los registros actorales de Clara Sanchís tienen una habitación propia. “Miércoles que parecen jueves”. Teatro de reflexión. Teatro de acción. Obra impar.

(Publicado en Andalucía Información)