El reestreno de «Pares y Nines” en el Príncipe Gran Vía de Madrid supone el reencuentro con un renovador del teatro

«Pares y Nines”, que se ha repuesto en el teatro Príncipe Gran Vía, de Madrid, supone, sobre todo, un reencuentro feliz con José Luis Alonso de Santos, su autor, un dramaturgo clave en la renovación del teatro español de los años 80, que ha visto desde muy joven estrenarse todas sus obras. El personaje de Nines tenía 22 años cuando la obra se estrenó en 1.988 por primera vez, y sigue igual: Magnífica.

Un reencuentro con Alonso de Santos siempre supone un acontecimiento feliz. Las obras de Alonso de Santos tienen pulso dramático, fuerza, ironía y humor. Y están conectadas con la vida. Alonso de Santos irrumpió en el mundo teatral con una tremenda fuerza a principios de los 80. Estrenó «El álbum familiar” en el María Guerrero, obra atravesada de cierta melancolía, en la que ya se atisbaba la voz propia como dramaturgo que Alonso de Santos había exhibido en sus anteriores montajes. Luego vino «Bajarse al moro”, éxito absoluto, que contó con el beneplácito del crítico más influyente y feroz de la época: Eduardo Haro Tecglen, de El País. «Bajarse al moro” se hizo inmediatamente película, y también en la gran pantalla contó con el apoyo del público y de la crítica. Alonso de Santos era miembro del Consejo de Redacción de Primer Acto, revista teatral que aún sobrevive, tantos lustros después. Y en 1988 estrenó «Pares y Nines”, que ahora se ha repuesto en el teatro Príncipe Gran Vía, de Madrid, con una arrolladora acogida en la noche de su estreno oficial.

Algunas frases, incluso pasajes, han sido ligeramente retocados, pero la obra mantiene íntegramente la esencia, su fondo de humor ligeramente triste, sus diálogos ocurrentes. Conserva una deliciosa atmósfera de teatro de los 80. Tiene además la obra –me lo ha parecido ahora, no cuando la vi por primera vez- algo de «La tentación vive arriba”, con la chica guapa y despreocupada, muy sexy, ajena al tiempo porque la vida es suya, la chica imposible, tan lejos y tan cerca, que sube y baja las escaleras desde el piso de arriba dejándolo todo perfumado de mujer. Y hay algo también de «A media luz los tres”, aquella delicada comedia de Miguel Mihura, el gran maestro del teatro de situación. Porque «Pares y Nines” es eminentemente una obra de situación, llena de ingenio, llena también de lo que antes se llamaba carpintería teatral. Llena de ocurrencias. Alonso de Santos es un autor con ideas que tiene la habilidad de convertir en ocurrencias.

«Pares y Nines” está muy bien interpretada por sus tres protagonistas: Josep Linuesa, Mónica Corral y Carlos Chamarro. Ellos, perdidamente enamorados de la misma mujer, Carmela –que nunca aparece en escena-. Y Nines es un personaje que supone un derroche de vida y de sensualidad, y todo ello lo aporta la hermosísima y excelente actriz Mónica Corral. Porque Nines, que tantos años ha cumplido en la estantería de la biblioteca, sigue jovencísima y actual. Tiene, como cuando entonces, 22 años. Somos nosotros los que hemos envejecido. «Esto es amor, quien lo probó, lo sabe”.