Coproducida por Nao d’amores llega este viernes 23 al Teatro Pavón de Madrid

La Compañía Nacional de Teatro Clásico, en coproducción con Nao d’amores, estrena este viernes 23 de marzo en el Teatro Pavón de Madrid «farsas y églogas», de Lucas Fernández (Salamanca 147o). Lsa obra reune diferentes cuatros de escenas pastoriles que fusiona lo culto y lo popular, lo sacro y lo profano.

Nacido en 1470, el salmantino Lucas Fernández está considerado como uno de los padres del teatro español junto a Juan del Encina, con quien rivalizó y a quien venció en la lucha por conseguir un puesto de cantor en la catedral de su ciudad natal. Se especula con la probabilidad de que ambos poetas tuvieran la oportunidad de asistir, con motivo de las frecuentes visitas entre las cortes castellana y portuguesa, a alguna de las representaciones que Gil Vicente ofreció por aquellos años, lo cual explicaría el desarrollo, de manera continuada, de esta dramaturgia renacentista.
«Farsas y églogas» es «una nueva fórmula» de explorar montajes especiales como éste, según comenta Helena Pimenta, directora de la CNTC. «Se trata de compartir con equipos que tienen un lenguaje muy particular proyectos que desde nuestra estructura no abordaríamos y que implican un apoyo económico y a la creación que nos plantean», añade. Pimenta considera que autores y obras como las de Lucas Fernández son claves para dar cuenta de un periodo de la dramaturgia fundamental (el siglo XVI). Suponen además ofrecer al público un repertorio muy desconocido y apenas llevado a escena. «Teatro, danza y música se unen en este montaje y eso hace de él un espectáculo global y una fiesta para los sentidos», ha añadido.
Lucas Fernández publica en Salamanca en 1514 sus «Farsas y Églogas» al estilo pastoril. Así, incluye las tres farsas laicas amorosas, elementos de las dos églogas religiosas y finalmente, el «Diálogo para cantar», considerada la primera ópera en castellano. La única que no se ha incluido es el «Auto de Pasión». Esta es la segunda incursión de la Compañía Nacional de Teatro Clásico en el repertorio de esa época tras la «Tragicomedia de Don Duardos de Gil Vicente», dirigida por Ana Zamora.
Ana Zamora, cuya compañía lleva diez años trabajando en estas propuestas escénicas difíciles y muy poco abordadas por los profesionales del teatro, explica: «Se ha hecho mucho trabajo de campo. Realizamos talleres de canto, percusión y de cuerpo y hay un trabajo muy serio sobre el verso, la danza y también la música, de la que se ha encargado Alicia Lázaro. Al final ofrecemos nuestra manera de entender a Lucas Fernández», dice la directora.
La dramaturgia que ha realizado la propia Ana Zamora nace de la única edición antigua que se conserva de las obras de este autor y que está publicada en 1514. Mantener la esencia de estos textos ha sido el objetivo de la compañía que opina que «actualizarlos sería un error». Por eso, el trabajo con la propia fonética de la época y una escenografía sencilla (un espacio a tres bandas) apoyada en la música y sus intérpretes, dan las claves de esta propuesta escénica que estará en cartel en Madrid hasta el próximo 22 de abril.