«Quiero que esta medalla sea un intermedio. Aún me queda mucho por hacer», dice EL ACTOR Y DIRECTOR

De niño soñaba con los homenajes que el American Film Institute hacía a grandes nombres como Billy Wilder e idealizaba la figura de productor-autor que tenía una idea y buscaba los mejores medios y equipos para sacarla adelante, y hoy, después de casi tres décadas entregado a su «amado público”, a Santiago Segura le llega el homenaje de sus compañeros en forma de Medalla de Oro por su labor como actor, director, productor y guionista, cuatro oficios con los que ha contribuido a mejorar el cine español en sus aspectos industrial y artístico.

Agradecido por esta distinción, que también es para la comedia, uno de los géneros más ricos y prolíficos de nuestra cinematografía –»Tenemos prejuicios. Hay que tratarla con el mismo respeto que al resto de las películas”– este madrileño quiere que la Medalla no se entienda como un premio a toda su trayectoria, sino un intermedio respecto a todo lo que le queda por hacer.

«Me gustaría seguir hasta el final de mis días levantándome cada mañana con un papel o un proyecto que me ilusione. Quiero que esta medalla sea un intermedio, un cubo de gasolina”, afirmó Segura en la sede de la institución, donde este viernes la presidenta de la Academia le entregó el galardón.

Los elogios no han faltado para esta Medalla, «fruto de la unanimidad de la Junta Directiva”, como destacó Yvonne Blake, que enumeró en su intervención todas la facetas que dan fe de la versatilidad de este profesional –»Intérprete, actor de doblaje, showman, concursante, presentador, productor de teatro y cine, guionista…”–.

«Es muy difícil vivir de ser actor, lo vimos en el informe de AISGE, yo tenía claro que no podía quedarme sentado esperando a que me llamaran”, relató sobre su labor en todas las patas de la industria. «Yo no soy un tipo normal, la normalidad es muy aburrida, a mí me divierte ser un showman”, explicó Segura, que se queda con su faceta de actor «por vagancia. Ser director implica tomar muchas decisiones y muchas responsabilidades. Lo peor es ser guionista, actor y director a la vez”, bromeó.

Le veremos de nuevo en la gran pantalla en «La reina de España», de Fernando Trueba, y acaba de volver de rodar dos películas en Argentina y una serie en Brasil. Allí ha comprobado que la alargada sombra de Torrente ha llegado hasta Latinoamérica, donde es mucho más famoso y valorado de lo que se piensa en nuestro país.

«Yo no sabía que me conocía tanto la gente en Argentina. A veces no sabes la repercusión de tu trabajo. Allí El Día de la bestia y Muertos de risa han triunfado”, relató.

Preocupado por el maltrato a la industria con el IVA cultural, Segura defendió la cultura como «una necesidad” y, buen conocedor de que es posible que el cine sea rentable en España tras arrastrar a millones de personas a las salas con la saga Torrente, intenta desterrar tópicos. «Han metido en la cabeza la idea de que el cine solo funciona con subvenciones, cuando España es uno de los países en los que menos se subvenciona. Yo he propuesto muchas veces que se siga el modelo de Francia”, argumentó.

Con tres premios Goya, –Mejor Cortometraje de Ficción, por «Perturbado»; Mejor Actor Revelación, por «El día de la bestia»; y Mejor Director Novel por «Torrente, el brazo tonto de la ley»–, este profesional suma ahora un nuevo galardón, aunque él tiene claro que «no hay mayor premio que el público vaya a ver tus películas».

Tras la ceremonia de entrega de la Medalla en la Academia, esta noche recibirá el cariño y aplauso de sus compañeros, familia y ‘amiguetes’, en un homenaje que tendrá lugar en el Hotel Ritz.