La película española «Libertad», ópera prima de Clara Roquet ha inaugurado oficialmente la Seminci, tras el prólogo del viernes con «La naraja prohibida», que ha traído a Valladolid a su protagonista Malcolm MacDowell. «Libertad» es un filme que enlaza con el cortometraje de Clara Rquet con el que en 2015 lograba la Espiga de Oro del festival en esa categoría, «El adiós».

«Libertad» muestra como, tras mucho tiempo sin coincidir en su casa de verano, la familia Vidal pasa las últimas vacaciones con la abuela Ángela, que sufre Alzheimeer. Por primera vez Nora, su nieta, siente que no encuentea su lugar hasta que llaga una extraña joven, Libertad. «El mejor lugar para estrenar «Libertad» era Seminci, y siento mucha emoción por volver a un festival que me dio mucha confianza para seguir dirigiendo y que me ayudó a rodar esta película», ha asegurado Clara Roquet, en un encuentro con la prensa en el que ha estado acompañada por cuatro de las protagonistas del filme, Carol Hurtado, María Morena, Nicolle García y Vicky Peña, además del productor Tono Folguera.

Roquet ha hecho referencia a la relación que hay entre «El adiós» y «Libertad», señalando que esta segunda «sería casi como un flashback de «El Adiós», porque mientras construía el corto, me planteaba cómo era la relación entre los personajes, y de toda esa especulación salió el largo». Roquet quería también contar una historia sobre «todas esas personas que viven con el trauma de haber tenido que dejar atrás a sus familias y sus países».

Por sexta vez el argentino Juan José Campanella ha visitado Seminci, en esta ocasuión para recibir la Espiga de Honor de la 66 Semana Internacional de Cine de Valladolid, un reconocimiento a toda su carrera que espera que «no signifique un final, sino un buen cierre para el primer acto» de su trayectoria profesional, porque «quién sabe qué forma va a tener mi carrera de contador de historias a partir de aquí». «Esta Espiga de Oro es una validación hacia mí en un momento en que el cine está en transición, que me recuerda todo lo que vino antes, el cine como lo conocimos, con 500 personas riéndose al mismo tiempo por lo mismo», según ha contado.

La programación de esta 66 Seminci incluye otro título de Campanella, «El secreto de sus ojos», que consiguió el Oscar a la mejor película de habla no inglesa en 2010 y forma parte del ciclo dedicado a Argentina, país invitado. «El Oscar es muy icónico, todos fantaseamos en algún momento con conseguirlo, pero cuando ocurre, no llegas a disfrutarlo demasiado, porque es un show en el que lo único que te preocupa es no meter la pata», ha recordado Campanella. «Al día siguiente, entré a las siete de la mañana a rodar un capítulo de «House»: hubo un aplauso del equipo de 15 segundos… y a seguir trabajando», ha revelado. «No fue hasta un tiempo después que el equipo fuimos conscientes de lo que habíamos conseguido, porque no hay que olvidar que el premio no era para mí, era para la película, que fue el fruto de todo un equipo».

Campanella ha reconocido ser «un fanático de la restauración de películas para que no se pierdan, no se rompan, no se arruinen, porque quién sabe quién las va a ver». «A veces me encuentro con alguien que nació después de haber rodado alguna de mis películas, pero la ha visto y la ha disfrutado, y se da una conexión a través del tiempo muy linda», ha dicho. Sin embargo, el argentino ha asegurado no hacer revisionados de sus películas: «Todas son producto de lo que yo era en ese momento como persona y como director, por eso en todas hay una evolución».

La jornada del sábado ha finalizado con un animado coloquio con Malcolm MacDowell, en que estaban, entre otros, Carmelo Romero, el director de Seminci en aquel icónico 1975 en que se presentó «La naranja mecánica».