La gran película de este miércoles en la Semana Internacional de Cine de Valladolid ha sido «Compartimento nº 6», una coproducción entre Finlandia, Alemania, Estonia y Rusia dirigida por el finlandes Juho Kuosmanen, una road movie cuya mayor parte transcurre a en un largo trayecto en tren entre Moscú y el Océano Glaciar Ártico. Una joven finlandesa estudiante de arqueología, que vive en Moscú con su pareja, otra mujer, ante la imposibilidad de esta de acompañarla en un viaje hacia yacimiento arqueológico de Múrmansk en el Báltico, decide hacer el viaje sola para ver unos famosos petroglifos arqueológicos. Toma un tren en Moscú en un viaje que durará varios días compartiendo el compartimento de coche cama con un obrero que se dirige al mismo lugar a trabajar. Lo que en principio supone un rechazo de ella hacia su desagradable compañero de compartimento por su afición a emborracharse, su suciedad y su diferencia social, para a lo largo de los días y la obligada convivencia a aceptarse primero y a necesitarse después.

La película llega a la Seminci avalada por el Gran Premio del Jurado en el pasado Festival de Cannes y muestra como una convivencia en el reducido espacio del un compartimento de un vagon de coche cama y unos encuentros improbables unirán poco a poco a estos dos seres completamente opuestos. Se trata de una película que no resulta opresiva en ningún momento gracias a la habilidad del director por sacar la acción del compartimento a los pasillos del tres, al vagon restaurante, a los andenes de las estaciones o incluso alguna localidad del largo trayecto. En ella los petroglifos son simplemente un macguffin de algo que parece inalcanzable, para unir a estas dos personas, sin que surga entre ellas ninguna relación amorosa. El filme incide en temas como la soledad, la incomunicación, la nostalgia, la melancolía, y por supuesto se suma a la amplia filmografía ferroviaria de la historia del cine.

«Realizar «Compartimento Nº 6″ ha sido un desafío inspirador y un viaje lleno de dificultades, como el mal tiempo, rodar en un espacio estrecho… Pero bueno, el cine es en sí mismo un desafío y una aventura, que no tiene que ver con controlar la realidad», ha contado el realizador finlandés Juho Kuosmanen que ha presentado online, desde París, la película. La cinta está inspirada en una novela de Rosa Liksom que él leyó en 2011 y se le quedó rondando en la cabeza. «Ya cuando la leí se me ocurrió la idea de hacer una película, aunque la novela es mucho más amplia y toca muchos temas. Pero, aunque lo fui aparcando, cada vez que me subía a un tren me surgía otra vez la idea de hacer esta película». Hasta que se decidió a hacerla de una vez por todas, ambientándola en los años 90, cuando todavía no existían los denominados «teléfonos móviles inteligentes». «Los smartphones han cambiado la propia escala del mundo y de nuestra existencia, las distancias y la necesidad de pedir ayuda a personas que no conocemos. Nos estamos perdiendo el tipo de encuentros que se ven en esta película», reflexionó Kuosmanen.

Para la protagonista, la actriz finlandesa Seidi Haarla, ésta sí presente en la Seminci, esta cinta desempeña su primer gran papel como protagonista de un largometraje: «Ha sido una experiencia enorme, tanto rodar la película como venir hoy aquí, a Valladolid. El rodaje fue como un viaje largo que me cambió la vida de forma natural». La actriz ha recordado que para preparar su papel se inspiró en sus propios recuerdos del pasado, cuando realizó una estancia de cinco meses en San Petersburgo, para estudiar, y aprendió los rudimentos del ruso, ya que entonces nadie sabía inglés: «Eso es algo que sin duda me ha servido mucho para esta película», ha afirmado.