Fernando Arribas, uno de los mejores directores de fotografía del cine español, falleció el pasado lunes 25 de enero en Madrid, a los 80 años de edad. Reconocido con el Premio Goya por su trabajo en «Divinas palabras», de José Luis García Sánchez, Arribas puso luz a numerosas películas de nuestra cinematografía como «Las crueles», de Vicente Aranda; «Tormento», de Pedro Olea; «Las largas vacaciones del 36», de Jaime Camino; «Los claros motivos del deseo», de Miguel Picazo; «Un hombre llamado Flor de Otoño», de Pedro Olea, «Las verdes praderas», de José Luis Garci; «Truhanes», de Miguel Hermoso; «La casa de Bernarda Alba», de Mario Camus; «Las edades de Lulú», de Bigas Luna; «El palomo cojo», de Jaime de Armiñán; «¿De qué se ríen las mujeres?», de Joaquín Oristrell; «La duquesa roja», de Francesc Betriu; y «Las llaves de la independencia», de Carlos Gil, su último título.

Presidente emérito de la Asociación de Directoras y Directores de Fotografía (AEC), el técnico madrileño también participo en producciones internacionales –»Por un puñado de dólares» y «Patton»– y rodó en Latinoamérica –iluminó la cinta argentina «Camila», de María Luisa Bemberg, entre otras–.

Del trabajo en común que hizo con su buen amigo José Luis García Sánchez , además de «Divinas palabras», está «El love feroz», «El vuelo de la paloma», «Tirano Banderas», «Franky Banderas», vídeos musicales y montajes de teatro.

Fernando Arribas era miembro de la Academia de Cine, a cuya sede acudía regularmente. La última vez fue el pasado 30 de diciembre, día en que la institución celebró el 100 cumpleaños de su compañero y amigo Juan Mariné. Contó el desaparecido técnico que Mariné le dio “el mejor consejo de mi vida. Me dijo que me matriculase en la Escuela de Cine para aprender a iluminar”.