Titulo original: If I were King
Año: 1938
País: EE.UU.
Duración: 101 min.
Dirección: Frank Lloyd.
Guión: Preston Sturges, basado en una obra de teatro de Justin Huntly McCarthy.
Música:
Richard Hageman.
Intérpretes
Ronald Colman, Basil Rathbone, Frances Dee, Ellen Drew, C.V. France, Henry Wilcoxon, Heather Thatcher, Stanley Ridges, Bruce Lester, Alma Lloyd, Walter Kingsford, Sidney Toler, Colin Tapley, Ralph Forbes, John Miljan, William Haade, Adrian Morris, Montagu Love, Lester Matthews, William Farnum, Paul Harvey, Barry Macollum y May Beatty.
Sinopsis
A finales del siglo XV, el poeta parisino François Villon es un rebelde que llama la atención de Louis XI cuando roba en su almacén personal de alimentos y los distribuye al pueblo hambriento, convirtiéndose en el defensor del pueblo llano frente a los excesos del monarca. Louis sospecha que uno de sus ayudantes es aliado de los borgoñeses que tienen sitiada la ciudad, por lo que visita, oculto bajo un disfraz, una taberna en la que François proclama lo que haría si fuera rey. Louis escucha divertidos sus comentarios, pero sus sospechas se confirman cuando ve que al Gran Condestable le entregan una misiva de Borgoña.
Comentario
Tomando como base la pieza teatral de Justín Huntly McCarthy, Preston Sturges escribe un guión repleto de diálogos ingeniosos que recrea una situación ficticia protagonizada por el poeta Francois Villon en la corte del rey Louis XI. Ronald Colman, encasillado por aquellos años en personajes históricos y literarios, llevó a cabo una inteligente composición del poeta defensor del pueblo. Sturges consideraba el original demasiado denso y árido, por lo que añadió algún toque de comicidad, como la apertura de las despensas reales para el pueblo, el satírico retrato de Louis XI o el desenlace final, en el que el rey condena a Villon a ser recluido a perpetuidad en Francia. A Sturges también le incomodaban las traducciones que existían de los poemas de Villon, por lo que procedió a realizar algunas de su propio cuño. Y así, gracias a su dulcificación cómica, al elegante estilo de época que el director Frank Lloyd supo prestar al filme y a la delicada belleza de la protagonista Frances Dee, la película resultó una obra admirable.