Intérpretes
Sinopsis
Manu (Vincent Lecoeur) ha sido juzgado y condenado a muerte y se encuentra en una de las celdas destinadas a quienes van a ser ejecutados en la terrible guillotina. Su padre, Joe (Bruno Cremer), que cuando era joven emigró desde Córcega a los Estados Unidos, en busca de fortuna, con unas monedas de oro y unos naipes, y que nunca ha podido comunicarse con Manu, está decidido a hacer todo cuanto esté en su mano por salvar la vida de su hijo. Además, el mayor de los dos hermanos, Barthy (Cédric Chevalme), que logró evadirse cuando iba a realizarse la reconstrucción de los sucesos que han determinado el encarcelamiento de Manu, ha muerto meses atrás en un tiroteo en Niza. Y Joe quiere que Manu sobreviva. Sin que Manu lo sepa, Joe acude todos los días al bistrot situado frente a la puerta de la prisión, no casualmente llamado «Mejor aquí que enfrente», y habla con los guardianes, pregunta por el estado de su hijo, se alarma cuando presiente la llegada del verdugo, y consulta con los abogados para lograr la conmutación de la pena capital. Gracias a un intermediario de gran respeto y reputación, Joe consigue que los familiares de las víctimas del tiroteo en que se vieron involucrados Barthy y Manu, retiren su petición de pena de muerte. Llega el perdón para Manu, condenado ahora a treinta años de presidio. Pero esa condena, por buena conducta, se cumplirá en «sólo» diez años. Finalmente, sale en libertad, escribe una novela de gran éxito basada en sus propias experiencias en 1947, cuando intentó evadirse de la Santé, y Becker la convierte en un magnífico largometraje. El día del estreno del film, Manu firma ejemplares de su libro. Joe ha salvado la vida de su niño y se siente orgulloso de que las predicciones de las hadas, al nacer en 1923, se hayan cumplido: unas auguraron una vida de prisión, otras, una gran carrera como escritor. Pero Joe no quiere empañar la gloria de su hijo y desaparece por una de las callejuelas. Manu intenta darle alcance sin conseguirlo. Escuchamos entonces la voz de José en el presente: «Padre, tantas veces debí hablarte y no fui capaz. Falleciste poco tiempo después, sin llegar a conocer mi rehabilitación en la sociedad y todo mi éxito profesional. He hecho esta película ahora tal y como me gustaría que tú la vieras, como sé que la estarás viendo. Hasta pronto, padre».