J. EDGAR

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    Titulo original: J. Edgar
    Año: 2011
    País: EE.UU.
    Duración: 137 min.
    Dirección: Clint Eastwood
    Guión: Dustin Lance Black
    Música: Clint Eastwood.

    Intérpretes

    Leonardo DiCaprio, Josh Hamilton, Geoff Pierson, Cheryl Lawson, Kaitlyn Dever, Brady Matthews, Gunner Wright, David A. Cooper, Ed Westwick, Naomi Watts, Kelly Lester, Jack Donner, Judi Dench, Dylan Burns, Jordan Bridges, Jack Axelrod, Jessica Hecht, Josh Stamberg, Michael James Faradie, Christian Clemenson, Billy Smith, Armie Hammer, Michael Rady, Ken Howard, Scot Carlisle, Geoff Stults, Sadie Calvano, Allen Nabors, Ryan McPartlin, William Bebow, Jeffrey Donovan, Joseph Culliton, Scott Johnston, Tom Archdeacon, Mike Vaughn, Miles Fisher, Stephen F. Schmidt, Dermot Mulroney, Josh Lucas, Zach Grenier, Johnny Cicco, Denis O`Hare, Damon Herriman, Kahil Dotay, Lea Coco, Scott C. Roe, Ernest Harden Jr., Roberta Bassin, Steve Monroe, Christopher Lee Philips, Sean Murphy, Stephen Root, Gary Werntz, David Clennon, Michael O`Neill, Eric Larkin, Manu Intiraymi, Eric Frentzel, Michael Klinger, Shaun Daley, Emily Alyn Lind, Kyle Eastwood, Joe Bagg, Kye Palmer, Jason Harnell, Michael Gladis, Jamie LaBarber, Lea Thompson, Amanda Schull, Craig Zucchero, Gregory Hoyt, Jeff Cockey, Gerald Downey, Brennan Coulter, Jenny Phagan, Tom Christensen, Chris Caputo, Austin Basis, Adam Driver, Shannon McClain, Evan Charest, Eric Matheny, Ary Katz, Duncan Hood, Aaron Lazar, Ernest Heinz, Teresa Hegji, Thomas Langston, Robert Fleet, Joe Keyes, Christopher Shyer, Maxine Weldon, Larkin Campbell, Mark Thomason, Jennipher Foster, Keith Middlebrook, Dave Abrams, Phillip Agresta, Justin Alston, Christine Ames, Leslie Augustine, James Babbin, Fileena Bahris, Emily Banks, Christopher Basile, Brian Bell, Bradley Bingham, Karl Bittner, Andrew Blood, Chris Chauncey, Justin Douglas, Aaron Farb, Jeffrey T Ferguson, Liam Ferguson, Joe Garvey, Belinda Gosbee, Rey Goyos, David Hill, James Judice, George Kardulias, Elizabeth Karr, Gayle Kate, John William King, Kristoffer Kjornes, Dash Kolos, Sean R. Lake, Tim Lawes, Brian Linsley, Michael Macoul, Mike McKee, David James McKenzie, Johnny Meyer, Barrett Mitchell, Travis Myers, Jamie Noel, Jefferson Nogueira, Erin Pickett, Scott Pretty, Ron Pucillo, Andrew Schlessinger, Frank Scozzari, David J. Smolar, Sean Spence, Robert Stilwell, Allison Nichole Torres, Sean Velie, Cameron Webb, Corey Webber y Johnno Wilson.

    Premios

    Nominada al Globo de Oro al Mejor Actor Dramático (Leonardo DiCaprio).

    Sinopsis

    J. Edgar Hoover (Leonardo DiCaprio), desde que era muy joven, y a raíz de los arrestos ordenados por el fiscal general A. Michael Palmer (Geoff Pierson) tras una sucesión de ataques terroristas por parte de movimientos revolucionarios de ultraizquierda en Estados Unidos, Hoover se muestra como una pieza indispensable en la investigación, dada su obsesión por la ciencia forense. Desde el principio creyó que la mejor forma de catalogar a crímenes y criminales en donde todos los ciudadanos estuviesen clasificados a través de su fotografía y sus huellas dactilares. Esa obsesión lo lleva a convertirse en el primer director del FBI. Allí conoce a las dos personas más influyentes de su vida, al margen de su madre Anne Marie (Judi Dench): su secretaria Helen Gandy (Naomi Watts), con la que intentó iniciar una relación sentimental que ella rechazó, y Clyde Tolson (Armie Hammer), su director adjunto, cuya amistad incluía comidas y cenas diarias, vacaciones juntos y un entendimiento absoluto de sus necesidades e intereses. Su primer caso importante fue el del secuestro del hijo del héroe de la aviación Charles Lindberg (Josh Lucas), los intentos de sublevación nazis, por un lado, y comunistas por otro, en los años 40 y 50 del siglo XX, su desprecio por Martin Luther King y por los cambios políticos liderados por John F. Kennedy. Sus métodos eran tan despiadados como heroicos, siendo la admiración del mundo su premio más codiciado y a la vez el más difícil de alcanzar. J. Edgar explora la vida y las relaciones públicas y privadas de un hombre que podía distorsionar la verdad con la misma facilidad con la que la defendió durante una vida dedicada a su propia idea de la justicia, a menudo dominada por el lado más oscuro del poder. Hoover encarga a Helen un archivo personal con datos fichas y grabaciones de los ciudadanos más relevantes, incluidos el mismo presidente de los Estados Unidos y su esposa, de tal forma que sea imposible de descifrar por alguien que no sea él o su secretaria, con el encargo que sea destruido a su muerte. Hoover sobrevivió a ocho presidentes y a tres guerras, luchando contra amenazas reales e inminentes y saltándose las reglas a menudo con el fin de mantener a salvo a sus compatriotas. Sus métodos eran tan despiadados como heroicos, siendo la admiración del mundo su premio más codiciado y a la vez el más difícil de alcanzar.

    Comentario

    Desde luego que hay un vencedor nato, en esta irregular historia en torno al lobo que durante décadas Hoover representó para los americanos y el dudoso cordero que luego resultó ser para los más próximos. Y ese ganador se llama Leonardo DiCaprio, lo mejor, con diferencia, en la nueva incursión biográfica de Clint Eastwood. Está claro que el “cara de niño” se viene tomando muy en serio su profesión de actor y en “J. Edgar” nos ofrece todo un recital de interpretación que ni el maquillaje falsea cuando a punto está de despistarnos. Véase, sin ir más lejos, hasta qué punto nos distraen los nada sutiles maquillajes de Naomi Watts y de Armie Hammer, sobre todo, tan postizos y cargados que acaban por provocar serio rechazo. Pero no es el único error de la película: diríase que, acostumbrados a relatos mucho más apasionantes y pausados, Eastwood nos coloca aquí una historia entre el rigor de los hechos y la curiosidad por el lado oscuro del personaje sin acabar por tirar del todo ni de un hilo, ni de otro; algo así como si es tuviera picoteando en la biografía sin orden, ni concierto. Renuncia –y es muy loable en él- al tremendismo y al espectáculo gratuito y opta, quizá sin pretenderlo, por una medianía que en nada favorece al producto final. Esa puede ser la razón por la que “J. Edgar” se hace larga (le sobra al final muchos minutos) y amaga con acercarse peligrosamente al caos narrativo, a una mal calculada alternancia entre el repudio y el estupor, que no arranca emociones y sí cierta confusión. Una pena, aunque también hay que contabilizar algunos buenos momentos, casi todos a cargo, ya digo, de DiCaprio, no del guión.