EL HIDALGO DE LOS MARES (1951)

    301
    Titulo original: Captain Horacio Hornblower R.N.
    Año: 1951
    Fecha de estreno en España: 13-09-1954
    País: EE.UU.
    Duración: 117 min.
    Dirección: Raoul Walsh
    Guión: Ivan Goff, Æneas MacKenzie y Ben Roberts, basado en una novela de C. S. Forester.
    Música:

    Robert Farnon.


    Intérpretes

    Gregory Peck, Virginia Mayo, Robert Beatty, Moultrie Kelsall, Terence Morgan, James Kenney, James Robertson Justice, Denis O'Dea, Richard Hearne, Michael Dolan, Stanley Baker, Alan Tilvern, Alec Mango, Christopher Lee, John Witty, Michael Goodliffe, Eugene Deckers, Ingeborg von Kusserow, Amy Veness, Kynaston Reeves y Ronald Adam.

    Sinopsis

    En 1807, cuando Napoleón es dueño de Europa y se prepara para invadir Inglaterra, un barco inglés, al mando del capitán Horacio Hornblower (Gregory Peck), navega por el Pacífico en misión secreta. Se trata de llevar armas a un rebelde contra Portugal llamado O Reitor (Alec Mango) en América Central. Se pretende que la metrópoli envíe tropas contra el rebelde y disminuir, de ese modo, la presión contra Inglaterra. La operación comprende también apoderarse de un magnífico barco portugués, O Rei Dos Mares, y entregarlo a Reitor, cosa que hace Hornblower. Pero cuando prosigue su misión de bloqueo, se encuentra con otro navío portugués, que le comunica que Portugal e Inglaterra son aliados contra Napoleón. Debe, por tanto, recuperar el barco entregado a Reitor. A la nave de Hornblower pasa Lady Barbara (Virginia Mayo), que viaja hacia Londres. Se entabla la batalla y el barco es hundido. De regreso a Inglaterra, Horacio recibe el mando de un nuevo barco, a las órdenes del almirante Leighton (Dennis O’Dea), prometido de Lady Bárbara. En acción de guerra, Hornblower hunde cuatro barcos franceses, pero es capturado y conducido a París, acusado de piratería. Sin embargo, con la ayuda de su oficial y de un marinero, liberan a una tripulación británica y logran huir.

    Comentario

    Ejemplar relato de aventuras en el que Raoul Walsh tuvo la oportunidad de poner en marcha toda la maquinaria de Hollywood de la época para llevar a la pantalla una hazaña bélica con brillantes secuencias de batallas en el mar que todavía hoy sigue siendo más evocadora que todo el despliegue de efectos especiales por ordenador despachado por el cine de nuestros días. Un buen ritmo, estrellas a juego con el argumento y un ropero tan lujoso como la ambientación de la película, crean magia de cine en esta brillante producción.