Este 23 enero ha muero en Madrid a los 97 años el director Eugenio Martín, autor de cintas de culto como «Pánico en el transiberiano» o «Una vela para el diablo». Firmó thriller, terror, acción, comedia, musicales, westerns, películas de encargo para grandes estrellas y cine de autor en los límites.

Eugenio Martín, un cineasta inclasificable del cine español, ha muerto a los 97 años, dejando tras de sí una de las filmografías más únicas de nuestra industria. Admirado por creadores como Álex de la Iglesia o Quentin Tarantino, Martín –que en ocasiones firmó su trabajo como Herbert Martin, Martin Herbert o Gene Martin– es especialmente recordado por «Pánico en el transiberiano», cinta protagonizada por Christopher Lee, y «Una vela para el diablo», con Aurora Bautista y Esperanza Roy.

Nacido en Ceuta, pero criado en Granada, Martín debutó con «Despedida de soltero» en 1960, a la que siguió «Los corsarios del Caribe» (1961), coproducción hispano-italiana que firmó con el seudónimo Jean Martin, y se puso tras la cámara en icónicas producciones como «La vida sigue igual», protagonizada por Julio Iglesias, «Una señora estupenda», con Lola Flores o «La chica del Molino Rojo» con Marisol, y cultivó el spaghetti-western como «El precio de un hombre» (1966) y «Réquiem para el gringo» (1968), y se incorporaró al naciente destape con títulos como «No quiero perder la honra» (1975, con José Sacristán y Ángela Molina) y regresaría al género fantástico con «Aquella casa en las afueras» (1980) y «Sobrenatural» (1981).

Durante los 80, Martín firmó dos series para TVE: «Juanita la larga» y «Vísperas». Su último filme, «La sal de la vida», se estrenó en 1996. En su filmografía, piratas, zombies y extraterrestres se mezclan con intérpretes de culto e ídolos populares, conformando una de las obras más variadas de la historia de nuestro cine.