El director cinematográfico Juan Manuel Cotelo vino a decir que en el cine se puede aprender lo peor de la vida, cuando en 2017 estrenó “El mayor regalo”, una película llena de excelentes intenciones. Los profesionales del teatro, sin embargo, defienden que el teatro nos hace mejores personas. Y esa es una de las tesis de la divertida y entrañable obra “Hoy no estrenamos”, que el grupo Imprebís, integrado por extraordinarios veteranos de la interpretación, Carles Castillo, Carles Montoliu, Santiago Sánchez, y el joven Víctor Lucas, representan en el Alfil de Madrid. Esta función es, sí, un colosal homenaje al teatro.

“Hoy no estrenamos” supone, sobretodo, un prodigioso ejercicio actoral. Castillo y Montoliu encarnan a 12 personajes, y se tienen que transformar en segundos en uno u otro, hombres y mujeres, con solo cambiar de gorro, de peluca, o simplemente de gesto. Abordan un reto constante, un desafío sobre las tablas hacia el más difícil todavía. A una escuela municipal de teatro de una barriada, cuyas clases imparte Santiago Sánchez –que efectivamente vivió esa experiencia en su juventud-, van llegando, entre otros, un extorero con las ideas confusas y muy andaluz, un militar radicalizado y bestial, una vecina de Donosti, un actor que vivió tiempos mejores, dos hermanas parlanchinas –“la que huele a fritanga es mi hermana”-, y un joven inseguro –“a mí no me gusta el teatro, pero mi madre me obliga a venir”. El militar llegará a disparar con balas de fogueo contra el personaje de Nora, de Ibsen. El matador de toros aspira a presentarse a un concurso de Telecinco y allí lo obligan a recitar en un minuto un largo párrafo de Shakespeare. Y el joven confunde a la persona con el personaje. “¿Pero si Hamlet está ahí, dónde estoy yo?”. Y anda por allí Ico, “que no es ni chica ni chico”, que sabe mucho más de lo que parece, y realizará una encendida defensa de Nora y su portazo a un matrimonio asfixiante.

Por la función circulan frases como: “No puede haber dos reyes, eso solo pasa en España, igual nos saltamos un rey, que tenemos dos al mismo tiempo”. O: “Estamos a 25 grados, dos menos de los que marca el Gobierno”. Pero finalmente representarán «Hamlet», después de sortear dificultades de toda índole, porque son muchos los peligros que acechan al teatro. Y el teatro cambiará la vida de unos y otras al final del curso. Ya son mejores personas. “El teatro, con cosas de mentira, crea emociones que son de verdad”, afirma un personaje. La obra, insistimos, es un emocionante homenaje escrito con minúsculas al teatro.