La película de Jonás Trueba cierra por todo lo alto la competición

Un retrato de la amistad entre hombres, entre mujeres y entre hombres y mujeres. Ese ha sido el objetivo de Jonás Trueba al dirigir su película «Los exiliados románticos», que ha cerrado la competición del 18 Festival de Málaga por todo lo alto.

Rodada en 12 días en Francia prácticamente sin guión, deudora de cineastas como Eric Rohmer y François Truffaut, con protsagonismo de amigos actores como Luis E. Parés, Francesco Carril y Vito Sanz, «Los exiliados románticos» narra la historia de tres amigos que emprenden un viaje sin motivo aparente. Un trayecto en el que los personajes van al encuentro de amores idílicos y efímeros, con la única misión de sorprenderse a sí mismos y de seguir sintiéndose vivos.

«Es una película que surgió de una broma entre amigos y todo lo que ha salido después nos parece muy divertido”, explica Jonás Trueba, que destaca la ausencia de un guión cerrado durante el rodaje de la película. «Soy guionista y me gusta escribir guiones, pero esta vez no había uno en el sentido de noventa páginas encuadernadas, pero sí un guión hablado durante el rodaje, día a día”, asegura. «Se trata de una película alegre sobre la amistad, pero como todas las cosas alegres tiene también su parte triste al mismo tiempo, la melancolía de la alegría, de saber que todo lo bueno acaba”, relata, al mismo tiempo que destaca la importancia de Miren Iza (Tulsa), una de las actrices y autora de la banda sonora: «Ella es el otro motor de esta película. Creo que al final es un trabajo de los dos, una de sus canciones, «Oda al amor efímero», me sirve prácticamente de guía y porque hemos ido prácticamente siempre en paralelo. Ella me ha ayudado mucho para que ésto sea hoy una realidad”, añade Jonás Trueba.

Los actores, por su parte, destacan el buen ambiente durante los días de rodaje y la dificultad añadida que supone la ausencia de guión cerrado. «Yo me lo planteé como un viaje de amigos en el que íbamos a rodar, de paso, una película. Sin saber exactamente, además, qué íbamos a hacer cada día”, relata Francesco Carril. «Para mí, además, fue todo muy difícil, porque yo no soy actor”, añade Luis E. Parés, mientras que Vito Sanz subraya «que este rodaje será siempre un gran recuerdo”.