ALIDA VALLI

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    Alida Valli, la actriz que trabajó con Carol Reed, Hitchcock, Visconti o Bertolucci, entre otros grandes directores cinematográficos, parece como si los años la hubiesen borrado el firmamento cinematográfico. Actriz de enorme talento, fue durante muchos años imagen del cine italiano.

    Alida Maria Laura von Altenburger, más conocida como Alida Valli, nacio Pula, entonces Italia, hoy Croacia el 31 de mayo de 1921, falleciendo en Roma el 22 de abril de 2006, fue baronesa desde su nacimiento. Su padre fue Gino Altenburger, barón del Trentino, y su madre, Silvia Obrekar, pianista, y su abuelo paterno fue el barón Luigi Altenburger, un austríaco-italiano de Trento, descendiente de los condes de Arco.

    Desde pequeña se sintió atraída por la interpretación, participando, desde los 8 años, en funciones de teatro benéficas. Cuando cumplió los 13 años comenzó a trabajar en el cine, a través del Centro Experimental de Cinematografía de Roma, en películas como «El sombrero de tres picos», de Mario Camerini (1934), o «Los dos sargentos» (1936). En el año 1942, realizó su primera gran interpretación en la película «Pequeño mundo antiguo», por el que logró el premio a la mejor interpretación en el Festival de Venecia.

    Ese mismo año, estrenó uno de los clásicos del cine italiano de la década de 1940, el drama «A través de las nubes», de Goffredo Alessandrini, que adapta la famosa novela de Ayn Rand «El manantial», y en el que Alida Valli realizó una de sus mejores interpretaciones. Sin embargo, tras esta película y con Italia aliada de Alemania en la II Guerra Mundial, Valli, militante antifascista, deja de hacer películas para evitar que el gobierno italiano la usara como propaganda fascista. Por ese mismo motivo tuvo que esconderse, evitando así que fuese detenida. En el año 1944 se casa con el músico Oscar de Mejo, con el que tuvo dos hijos, y del que se divorció en el año 1952. Ese mismo año se vio envuelta en el escándalo de Wilma Montesi, una joven que fue hallada muerta en extrañas circunstancias en Ostia, y que conmocionó a la alta sociedad italiana de la época, por el uso de drogas y sexo, en el que estaba involucrado el hijo del ministro italiano de Asuntos Exteriores de la época, y cuya coartada fue Alida. Esto podía suponer que arruinaría su carrera, pero en cuanto pudo se marchó a Hollywood, donde apenas era conocida.

    Allí fue contratada por David O. Selznick como protagonista de «El proceso Paradine» (1947) de Alfred Hitchcock, junto a Gregory Peck y Ethel Barrymore, en un papel pensado inicialmente para el regreso de Greta Garbo a la pantalla. En Hollywood los estudios intentaban lanzarla como «la nueva Garbo», lo que le desagradaba mucho, por lo que regresó pronto a Europa. Termina su estancia en Hollywood con el melodrama «El milagro de las campanas» (1948), de Irving Pichel, y el drama de escaladores «La montaña trágica».

    En 1949 protagonizó en Inglaterra la que fue su película más conocida, «El tercer hombre» de Carol Reed, junto a Orson Welles y Joseph Cotten. Afincada definitivamente entre Francia e Italia, rueda a las órdenes de Luchino Visconti «Senso» (1953), donde se enamoraría de su compañero de reparto Farley Granger, «El grito» (1957) de Michelangelo Antonioni, junto al estadounidense Steve Cochran; la terrorífica «Los ojos sin rostro», (1959) de Georges Franju. En 1960 encarna a la madre superiora de un convento en «Diálogos de Carmelitas», que sería guillotinada durante la Revolución Francesa junto a otras quince monjas carmelitas. En 1961 tiene un papel menor en la comedia de ladrones «El último chantaje», junto a Rita Hayworth y Rex Harrison. Cuidando mucho los trabajos que selecciona y sin aceptar todo lo que llega a sus manos, se pone en manos de Pier Paolo Pasolini en «Edipo Rey», según la tragedia de Sófocles (1967), junto a Silvana Mangano y Franco Citti; el hoy clásico de terror «Suspiria» (1977) de Dario Argento; «La estrategia de la araña» (1970), «Novecento» (1976), y el drama «La Luna» (1979), las tres de Bernardo Bertolucci. En 1974 trabaja en el cine español a las órdenes de José María Forqué en «No es nada, mamá, sólo un juego».

    Alida Valli estuvo dedicada al cine hasta pocos años antes de morir, siendo una de sus últimas apariciones «Un mes en el lago» de John Irvin (1995), donde compartió protagonismo con Vanessa Redgrave y Uma Thurman. En 1997 fue galardonada con el premio León de Oro del Festival de Venecia a toda su carrera cinematográfica. También tuvo una intensa trayectoria en el teatro con obras de Pirandelo, Jean Cocteau, Chéjov, Shakespeare o Tennessee Williams. La actriz falleció a los 84 años el 22 de abril de 2006.

    (Publicado en La Butaca, de las webs de los diarios regionales de Vocento)