Tras «El hombre del norte», el director Robert Eggers regresa al género de terror de su debut con «La bruja» para retomar un proyecto con el que llevaba tiempo entre manos, un remake de «Nosferatu», el icónico film mudo de F.W. Murnau estrenado en 1922 del que se cumplió un siglo el año pasado, y del que Werner Herzog ya había hecho un primer remake en 1979: «Nosferatu, vampiro de la noche». Aunque el proyecto viene de lejos, en estas últimas semanas ha ido reclutando a su reparto. Ya ha podido confirmar como pareja a Nicholas Hoult y Lily-Rose Depp como la pareja protagonista (antes había tanteó a Harry Styles y Anya Taylor-Joy) acechada por un vampiro que encarnará Alexander Skarsgård remitiéndose al mito de Bram Stoker.

«Nosferatu» ofrecía, en efecto, una adaptación del Drácula de este escritor, realizada sin los derechos de la novela y por tanto sin intención de plegarse fielmente a su argumento. La película narraba cómo un vampiro llamado Orlok perseguía a través de Alemania a los protagonistas, y se convirtió en uno de los títulos determinantes para el incipiente género. Es algo amedrentador tratar de revisarlo, y de ahí que Eggers quiera rodearse de presencias familiares como Willem Dafoe. El actor estaría en conversaciones finales para unirse al nuevo «Nosferatu» en un papel del que aún no han trascendido detalles.

Willem Dafoe es un fichaje interesante por dos motivos. Por un lado, Dafoe ha trabajado con Eggers en dos películas previas: «El faro» que coprotagonizaba con Robert Pattinson y el drama vikingo «El hombre del norte», con un papel secundario. Pero sobre todo
porque Dafoe apareció en el 2000 en «La sombra del vampiro», un film que recreaba el rodaje de la «Nosferatu» original, con John Malkovich encarnando a Murnau y Dafoe al intérprete de Orlok, Max Schreck (siendo nominado al Oscar a Mejor actor de reparto por ello). «Nosferatu» no ha tanteado fecha de estreno, pero es de esperar que Dafoe confirme su presencia y quede sellado este jugoso puente con «La sombra del vampiro».