Escrita y dirigida por Pedro P. Rosado, está protagonizada por actores del Sahara

Este miércoles 4 de mayo ha finalizado el rodaje de «Wilaya», que se ha realizado en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf. Se trata de la primera película que ha contado con un equipo artístico compuesto exclusivamente por actores saharauis (Nadhira Mohamed, Memona Mohamed y Aziza Brahim, también compositora de la música de la película), bajo la dirección del español Pedro P. Rosado y producción de Wanda Films.

«Wilaya» es la historia del reencuentro de dos jóvenes hermanas (Fatimetu y Hayat) que durante 16 años estuvieron separadas mientras Fatimetu pasaba su infancia con una familia española. A su vuelta a la Wilaya de Smara, la realidad que ha vivido Fatimetu en España choca con la realidad del pueblo saharaui a la que se ve abocada para cumplir con la última voluntad de su madre: cuidar de su hermana Hayat. Las dos hermanas tendrán que aprender a convivir y plantearse juntas cómo va a ser su futuro.
Pedro P. rosado, que ya había rodado diferentes documentales sobre el pueblo saharahui que se han visto en las televisiones de todo el mundo, debuta aquí en el cine de ficción sin abandonar el tema: «con el tiempo, descubrí que las verdaderas víctimas del conflicto eran los humanos que habían nacido en el exilio, los jóvenes de hoy: la nueva generación saharaui que crece mezclada entre culturas propias y occidentales y que construyen su futuro de vida a medida que se alarga el tiempo; los que han crecido con la economía de la solidaridad – me sorprendía todos estos años de ese para mi extraño movimiento solidario que educa a jóvenes entre padres originarios y padres de acogida», reflexiona el director.
Para Pedro P. Rosado son «jóvenes que viven en culturas difíciles y deben elegir. Se llenan de emociones en el paisaje de las ciudades españolas y en los campos de refugiados convertidos en una patria que siempre piensan efímera. Mantener la vida en España, el trabajo, la cultura, la forma libre de vivir o la vida en los campamentos con su originaria cultura, no es una decisión fácil».