MERCEDES STALENHOEF DENUNCIA EN EL FILME LOS ENGAÑOS QUE SUFRIERON LOS HABITANTES DE UN PUEBLO RUMANO CUANDO SACHA BARON-COHEN LOS UTILIZÓ COMO SI FUERAN DE KAZAJISTÁN

Mercedes Stalenhoef, una cineasta de padre holandés y madre española, trabajaba en un documental sobre una joven de diecisiete años en el pueblo rumano de Glod (que significa «barro») donde un equipo de cine americano fue a rodar escenas para «Borat. Cultural Learnings of America for Make Benefit Glorious Nation of Kazakhstan». Entonces, todo cambió. En su película «Carmen meets Borat» aparecen ciudadanos ingenuos de la villa que colisionaron con el cinismo de Hollywood.

Según ha narrado a la revista neerlandesa FilmKrant, ella llegó a Glod, un remoto pueblo de 1.600 habitantes, durante unas vacaciones en Rumanía. Paró a tomar un café en el camino y vio a la camarera que le respondió en castellano, lo que la asombró. Estuvieron charlando. La joven se llamaba Carmen y quería ir a España a trabajar. No podía aguantar la pobreza y los hombres alcoholizados de su pueblo. Y tenía la idea romántica de encontrar un hombre español rico. La diferencia entre su sueño y su vida diaria la intrigó. Así surgió la idea de hacer una película sobre ella. Pero entonces, llegó la invasión de las huestes «boratianas», cuyas verdaderas intenciones ignoraban. Una vez estrenada la cinta, los locales no supieron nada del éxito hasta que fueron capaces de conocerlo a través de emisoras extranjeras de televisión. Se produjo una conmoción y caos. La película de Mercedes cambió de tono. El caos creció cuando abogados occidentales se acercaron hasta allí para explicarles sus derechos por estar en la producción. Les explicaron que abusaron de ellos y que fueron ridiculizados como abortistas, violadores y prostitutas del Kazajastán. Mercedes sintió pena por los lugareños y su sentimiento de haber sido engañados. Han vivido siempre aislados, hace sólo 11 años entró la televisión y no hay todavía Internet. Carmen, a los 17 y según las tradiciones locales, debía casarse a su edad, pero ella quería convertirse en enfermera. Sus padres lo prohibieron dado que debía ayudarles en su tienda de alimentos.
Así supo que les dijeron que serían retratados en la película como gitanos de Kazajastán. De hecho el propio abuelo de Carmen fue engañado para interpretar al abortista del pueblo. Los locales fueron engañados fácilmente desde el momento en que ninguno habla inglés. La película del británico Sacha Baron-Cohen le proporcionó 300 millones de dólares, pero la mayoría de los locales recibieron tan sólo una paga de tres euros por si contribución. «Carmen meets Borat» es el segundo trabajo de Mercedes Stalenhoef, quien debutó en 2005 con «Ik will nooit beroemd worden», que se hizo acreedora del Premio Especial del Jurado del Nederland Film Festival.