“Pinocho, El Musical” nos presenta un Pinocho siglo XXI, nacido de las nuevas tecnologías de la mano de su inventora, Cereza –que sustituye al Gepetto del cuento tradicional-, una chica de 14 años inventora y sabia, pero muy torpe para las relaciones sociales, sola, “sin amigos”. Este es un Pinocho del tiempo de las redes sociales y de los ordenadores: aquí se llama Pin Ocho, porque se trata de un androide generado desde un ordenador. Que se convertirá en niño, claro. Este espectáculo contiene la mayoría de los episodios de la novela escrita en 1882 por Carlo Collodi, sobre todo los recogidos en la película de Walt Disney, pero traídos a nuestro tiempo por la reescritura que ha realizado José Mesagosa, también director de la obra, que se representa en el Teatro Calderón de Madrid hasta el 31 de enero.

El montaje cuenta con una escenografía acertada, brillante, y acorde con el contexto de ciencia ficción del espectáculo. La música es atractiva y agita la obra. Los diálogos tienen chispa en algunas ocasiones, pero en otras se hacen largos y previsibles. Nada que no se pueda solucionar tras el estreno de este 20 de diciembre. La interpretación tiene buena altura: Sara Navacerrada –una espléndida Cereza-,Laura Enrech, Antonio Villa, y Ángel Martínez, actor ya conocido en el teatro familiar por sus trabajos en la Sala San Pol –“Los músicos de Bremen”-.  La obra mantiene la atmósfera de pobreza del relato de Carlo Collodi –“no tengo dinero porque llevo varios días sin ingresos por mis inventos”, se lamenta Cereza-, y supone una dura crítica a las mentiras en estos tiempos de mentiras. Porque Pinocho está de moda. En septiembre se estrenó una interesante película del personaje, dirigida por el italiano Matteo Garrone, y ahora se anuncia otro Pinocho en el cine de la mano del director Robert Zemeckis. Y este “Pinocho-El Musical”, en el que hay un plausible mensaje final al grito de “abajo las redes sociales”, y la invitación a las relaciones humanas, de persona a persona, cara a cara, la de siempre pese a que estemos en la Era de Facebook.