ESTRENADO EN EE.UU. EL AÑO PASADO, EL FILME DENUNCIA LAS ACTIVIDADES DE LA PETROLERA EXXON EN ECUADOR

Hace años, el periodista norteamericano Joe Berlinger concobió un reportaje acerca de cómo la compañía petrolífera Exxon (ahora propiedad de Chevron) estaba polucionando la selva amazónica durante sus extracciones de crudo. El eje de la investigación era las denuncias de los ecuatorianos contra Exxon por contaminar el Lago Agrio y provocar enfermedades incurables y mortalidades en alza. Las investigaciones llegaron muy lejos y Berlinger grabó cientos de horas de entrevistas.

Posteriormente, surgió la idea de erigir con ellas el documental «Crude» («Crudo»), que se estrenó en Estados Unidos el año pasado.

Pero, los abogados de la compañía Chevron (que adquirió Exxon) estimaron que de esta manera Berlinger violaba los términos de confidencialidad bajo la que muchos testigos dieron fe y testimonio, muy peligrosos para la compañía petrolífera. Ahora que las sensibilidades están más heridas que nunca por la ola de contaminación petrolífera que, causada por la plataforma de British Petroleum, asola las costas estadounidenses, un juez de Manhattan, Lewis A. Kaplan, ha condenado a Berlinger a entregar 600 horas de material rodado, por estimar que daña la imagen e intereses de Chevron.

De una manera hipócrita, los abogados de Chevron alegan que el material confiscado será de enorme utilidad para el futuro de la compañía. Además, en unas escenas en que representantes locales del Lago Agrio se reunen con abogados, han sido calificadas desde Chevron como «colaboración impropia» y por tanto, susceptibles de causar una denuncia contra los responsables del documental. La defensa del cineasta alega que la ley protege su autoría por haber realizado las investigaciones como periodista y que los derechos que le protegen en la Primera Enmienda, han sido violentados.

El juez ha alegado que Chevron, que antaño realizó públicas alabanzas del sistema judicial ecuatoriano, alega ahora haberse convertido en una víctima de la política del país centroamericano. Y el juez citó una máxima de otro juez, Louis D. Brandeis del Tribunal Supremo: «el sol es el más potente desinfectante», alegando que en manos de Chevron, las horas de filmación de Berlinger podrán ayudar a que se ejecute la justicia con los lugareños.

Randy M. Mastro, a la cabeza del equipo de leguleyos de Chevron, ha declarado a The New York Times: «estamos muy complacidos por la decisión del juez Kaplan porque el documental nos permitirá combatir la corrupción, el fraude y el travestismo que rigen la justicia ecuatoriana. Lo presentaremos como evidencia de las violaciones que se realizan en Ecuador referente a las leyes internacionales y la injusticia con que han tratado a nuestra compañía. El documental es una muestra ejemplar de los abusos del Gobierno de Ecuador».

Maura J. Wogan, abogada de Berlinger, declaró al diario neoyoquino: «estamos desagradablemente sorprendidos por la decisión del juez Kaplan. Su falta de sensibilidad hacia los privilegios del periodista, basada en la Primera Enmienda de nuestra Constitución, amenaza los futuros trabajos de documentalistas de nuestro país y de periodistas de investigación. Se da carta blanca a que las empresas y personas investigadas puedan decidir qué contenidos aparecen finalmente en un documental.» Los abogados de Berlinger han anunciado que recurrirán la decisión ante la United States Court of Appeals.