Juliette Binoche es la gran protagonista este domingo 18 en el Festival de Cine de San Sebastián, donde presenta la película «Fuego», de Claire Denis, con la que ha trabajado varias veces y esta noche recibe el Premio Donostia de manos de Isabel Coixet. Además es la imagen de esta 70 edición del certamen ocupando el cartel. Y también aparece en otra de las películas a concurso, Le Lycéen». La actriz en su encuentro matinal con la prensa ha recordado sus inicios y su trabajo con el fallecido Jean-Luc Godard, no precisamente fácil: «Primero tuve una serie ensayos y en el último tuve que estar desnuda. En esa época yo trabajaba como cajera y tenía conjuntivitis y el contraste entre lo que me pedía como actriz y lo que vivía como cajera, ese contraste permanece en mi memoria. No me eligió para el papel. Pero luego cuando rodé con él, vi que no era una persona que va a ayudarte. Con él fue como una lucha. Yo sentía una lucha constante, una especie de conflicto, a su disposición. En mi recuerdo puede que sean cinco meses. Quizá fuera menos. Me sentía emocionada, pero también tenía mucho miedo. Pero era obligatorio. Aunque no fue fácil. Aprendí que no podía aprender de él y no fue nada fácil trabajar con Jean-Luc Godard»
También ha recordado su trabajo con la cineasta Isabel Coixet en «Nadie quiere la noche», que esta noche le entrega el Donostia:. «Fue un rodaje difícil pero es alguien a la que admiro mucho. Estoy feliz de que sea ella la que presenta el premio». Cuando han mencionado títulos del cine de su carrera, como «El paciente inglés» o «Azul», no se ha mostrado nostálgica: «No tengo una visión de conjunto del cine. Soy más de ver el terreno. Busco en mí misma algo que me ayude a confrontarme con algo. Lo que nos queda de los 80 y los 90 son la quintaesencia, de lo que nos acordamos de ella», ha aseverado. «Lo que me gusta es que tienen los papeles, con lo bueno y con lo malo, lo que me gusta es que haya un recorrido interior. Todos vamos viviendo cosas a lo largo de la vida. Todo ese recorrido es lo que más me interesa en la interpretación».
La actriz no lamenta que no haya papeles para mujeres mayores. «A veces me ha sucedido en el cine americano, que me han llamado para ser la esposa de…. Hay que saber rechazar papeles para no entrar en ese sistema. Tenemos que saber ir hacia lo nuevo y trabajar fuera de los códigos machistas». Y ha reconocido que «ahora mismo he entrado en el universo de las series, pero tengo más proyectos en el cine. Todavía tengo mucho por recorrer.
La película que ha presentado hoy, «Fuego», que fue Oso de Plata a la mejor dirección en el pasado Festival de Berlín, es todo un canto a su interpretación. Con guion de la propia directora Claire Denis, junto a Christine Angot, Juliette Binoche, está acompañada de Vincent Lindon y Grégoire Colin: Sara (Juliette Binoche) es una locutora de radio parisina que parece felizmente feliz en su matrimonio con Jean (Vincent London), un exjugador de rugby. Denis los presenta mientras juegan en las aguas de una playa no identificada, pero de vuelta en París, las cosas no son tan idílicas. Resulta que el sensible Jean ha pasado por momentos difíciles en los últimos años, habiendo pasado un tiempo en prisión por un delito no especificado y perdiendo la custodia de su hijo adolescente, Marcus (Issa Perica), de un matrimonio anterior. Ahora desempleado, depende de Sara y su madre (Bulle Ogier), y hay tanto empatía como un toque de parodia en el retrato que hace Denis del desarrollo detenido de este gran hombre hipermasculino. Ni siquiera puede recordar los formularios correctos para llevar a la oficina de desempleo. Cuando se conocieron, Sara vivía con François, el mejor amigo de Jean. Ahora, Jean y Sara se quieren y viven juntos desde hace 10 años. Un día, Sara ve a François por la calle. Él no se da cuenta, pero a ella le invade la sensación de que su vida podría cambiar repentinamente. Al mismo tiempo, François retoma el contacto con Jean por primera vez en años y le propone volver a trabajar juntos. Desde ese momento, todos perderán el control.
La película es un melodrama psicológico muy contenido, un complicado triángulo amoroso en donde la actriz hace todo un recital interpretativo que es lo mejor del filme. En ella se exploran las muchas aristas de esta relación a tres. Denis aporta densidad a la narración, no tanto por lo que cuenta sino por cómo lo cuenta.