Llega a Madrid «Tito Andrónico» que estará en cartel de la Sala Roja de los Teatros del Canal del 27 al 31 de enero de 2021 a cargo del Teatro del Noctámbulo, que busca una respuesta a porqué somos violentosa. No es la primera vez que Teatro del Noctámbulo se enfrenta a Shakespeare.

Esta compañía extremeña, que fundaron en 1994 los actores Leandro Rey y José Vicente Moirón, ya puso en pie, en 1999, «El Sueño de una noche de verano» para el Festival de Teatro Clásico de Mérida, en una coproducción con La Estampa que dirigió Denis Rafter; en 2008, estrenó «Sólo Hamlet» solo, una poética e innovadora adaptación de Miguel Murillo con dirección de Jesús Manchón; y en 2019 clausuró el 65 Festival de Mérida con la versión de «Tito Andrónico» que ahora se estrena en la Comunidad de Madrid, entre el 27 y el 31 de enero, en la Sala Roja de los Teatros del Canal, y que resultó candidata a Mejor Espectáculo Teatral 2019 en los XXXVI Premios Ercilla de Teatro.

Antonio C. Guijosa, que ya dirigió a Teatro del Noctámbulo en «Contra la democracia», está al frente de este intenso montaje que parte de una versión de Nando López de la obra Shakespeare. Fue la primera tragedia del autor inglés, la escribió en 1593 y se ambienta en los últimos años del Imperio Romano, para narrar la historia de un personaje ficticio: Tito Andrónico, un legado (general) del ejército romano que regresa victorioso de una larga guerra contra los godos del Norte, a cuya reina, Tamora, trae prisionera junto con tres de sus hijos. Después de sacrificar, como ordenan los ritos sagrados, al mayor de ellos, Andrónico solo aspira a buscar tranquilidad, afectado por la muerte en contienda de la mayoría de propios sus hijos. Solo le han quedado cinco, y solo confía en Lavinia para que imponga la paz que se necesita en su tierra. Pero a Andrónico le durará poco la calma: se verá obligado enseguida a interceder en las intrigas políticas entre Basiano y Saturnino por la corona del Imperio. El voto de Andrónico a favor de Saturnino precipitará una cadena fatal de acontecimientos que convergerá en un instinto universal y peligroso: la venganza.

La obra más brutal

Guijosa destaca, de «Tito Andrónico», que se dice “que es la obra más violenta, la más brutal de Shakespeare”, y, que si bien lo es “desde el punto de vista numérico: hay multitud de asesinatos, hay mutilaciones y también hay una violación”, lo que hace fascinante el texto “son los mecanismos que llevan a esa violencia y la medida en la que se ejerce”, y cómo los personajes, «independientemente de sus motivaciones (o justificaciones), utilizan la violencia en el mayor grado que su ingenio y su circunstancia les permiten”.

Así, el director de este montaje de trece actores, que tiene a José Vicente Moirón y Carmen Mayordomo en los papeles principales, se pregunta por qué los personajes no se detienen en sus actos: “¿Por qué no buscan un mecanismo de justicia?”. Y valora que “tal vez sea porque su dolor personal les hace perder la perspectiva, o tal vez haya un instinto más oscuro. Tal vez infligen todo ese dolor porque pueden”. Nos pregunta, en definitiva, hasta dónde llegaríamos si nos dejáramos llevar por el instinto violento.

De esta versión de «Tito Andrónico» la crítica ha dicho que es una “lección magistral del tratamiento de un clásico de tema grecolatino”, y que capta “los elementos de las oscuras pasiones humanas, que logra codificar en clave estética para que la obra resulte atemporal” (José Manuel Villafaina, Artezblai). También que “un escenario casi espartano (Juan Sebastián Domínguez) permite a los actores utilizar sus dimensiones al completo”, y el trabajo de Nando López «ha sido titánico. La poesía de los textos envuelve y tamiza la terrible violencia que gravita sobre el pathos de los personajes” (El Gabinete de Kaligari).