el director iraní ha recibido premios en los festivales de Cannes, Venecia, Berlín o Locarno
Jafar Panahi se disponía a impartir una master class en la pasada edición de la Berlinale, cuyos directivos en su 60 aniversario, consideraban la presencia del cineasta iraní como uno de los hitos del certamen, cuando se le prohibió salir del país. Más tarde, fue detenido el 1 de marzo en su casa junto a su mujer e hija por las autoridades de la dictadura de la república Islámica y encarcelado en la durísima prisión de Evin. Ocurrió en Teherán y los cargos contra el director de «El globo blanco» fue su apoyo al grupo opositor liderado por Mir Hussein Musaví.
La conmoción en el universo cinematográfico mundial fue grande y pese a las voces de protesta y solicitud de inmediata liberación, una espesa cortina de silencio rodea a la situación de Panahi y su familia. Este pasado marzo, el cineasta iraní más celebrado, el maestro Abbas Kiarostami, osó escribir una carta abierta al Gobierno de la antigua Persia solicitando su liberación. Kiarostami lo hizo a través de un periódico de Teherán y solicitó también la libertad de otro director encarcelado por los mismos motivos, Mahmoud Rasoulof. Panahi dirigió «El globo blanco» a partir de un guión del propio Kiarostami.
Uno de los cineastas más perseguidos, Bahman Ghobadi, abandonó el país antes los riesgos que corría. Panahi y Kiarostami renunciaron a hacerlo para continuar la lucha activa desde dentro y desde su cine, prohibido en su propio país hace años. Kiarostami, en una entrevista a The New York Times, declaró: «puedes caer en la depresión y caer en el alcohol y el opio para evadirte. O puedes quedarte y hacer lo que esté en tu mano». La elección de quedarse se paga muy cara. De momento, Kiarostami está libre, aunque vigilado.
Ayer, la agencia Reuters dió a conocer un manifiesto de petición de libertad firmado por los más grandes nombres de la cinematografía estadounidense, encabezado por las firmas de Martin Scorsese, Steven Spielberg y Francis Ford Coppola. A ellos se han sumado, Paul Thomas Anderson, Joel y Ethan Coen, Joathan Demme, Robert De Niro, Curtis Hanson, Jim Jarmusch, Ang Lee, Richard Linklater, Terrence Malick, Michael Moore, Robert Redford, James Schamus, Paul Schrader, Steven Soderbergh y Oliver Stone, entre otros.
La carta denuncia la situación de acoso y persecución y finaliza: «Las contribuciones del cine iraní al mundial han sido ampliamente reconocidas. Y nos han dado valor, a los de fuera de las fronteras iraníes, a respetar y admirar a sus gentes y sus historias, pequeñas y grandes. Como los artistas de cualquier parte del mundo, los cineastas iraníes deberían ser homenajeados y admirados, no censurados, reprimidos y encarcelados».
Jafar Panahi, de 50 años y oriundo de Mianeh, es escritor, fotógrafo y debutó en el cine como asistente de Abbas Kiarostami en «A través de los olivos». Con su primera película, «El globo blanco», ganó la Cámara de Oro en el Festival Internacional de Cine de Cannes. El director había ganado con «El Círculo» el año 2000 el León de Oro de la Mostra de Venecia. Seis años después, logró también el de Oso de Plata de la Berlinale con «Fuera de juego». En Locarno, se hizo con el Leopardo de Oro por «El espejo» y sus filmes neorrealistas han sido vistos en los festivales más prestigiosos de todo el mundo. Ahora, en prisión, es el elemento más «visible» de la llamada «marea verde».
Jafar Panahi sufre de una lesión cardíaca y se ha sabido que las autoridades le han recluído en una celda mínima e insalubre. La persecución se retrotrae a una década cuando sus películas fueron prohibidas en su país. Hace cuatro años que no ha podido dirigir y en octubre del pasado año, le fue retirado el pasaporte. Tras su encarcelamiento, las autoridades de la República Islámica le han acusado de «crímenes no especificados».