«La voz humana» adaptará la obra unipersonal escrita en los años 30 por el francés Jean Cocteau

Próxima a cumplir los 79 años y tras casi una década sin ser protagonista en la gran pantalla, Sofía Loren regresará al cine de la mano de su hijo Edoardo, uno de los dos que tuvo con su fallecido marido, el productor y mentor de su carrera Carlo Ponti. «La voz humana» adaptará una obra unipersonal escrita en los años 30 por el francés Jean Cocteau, que en los escenarios italianos protagonizó en su día la gran Anna Magnani. Este mismo mes se empezará a rodar el film, dialogado en dialecto napolitano.

«Es una actriz fuera de lo común, con la apertura de mente de una niña. No ha perdido el deseo de trabajar, pasar por alto el cinismo, y siempre está lista para hacer frente a una película como si fuera la primera», ha dicho Edoardo Ponti, de 40 años.

«La voz humana» («La voce umana») se rodará en Roma, el puerto de Ostia y Nápoles, durante tres semanas, y marcará la vuelta al cine de la oscarizada actriz, que hace tres años interpretó a su propia madre en la miniserie «La mia casa e’ piena di specchi». Antes, el último protagonismo de la mítica actriz italiana fue a las órdenes de Lina Wertmüller en «Peperoni ripieni e pesci in faccia» (2004).

No es la primera vez que Ponti dirige a su madre. Ya lo hizo en su opera prima, filmada en Canadá, «Between Strangers», hace once años.

Loren fue protagonista de algunos de los títulos claves de ese cine italiano cargado de humor negro y sentido social de los grandes maestros de los cincuenta, sesenta y setenta: «El oro de Nápoles», «Carrusel Napolitano», «Lástima que sea tan canalla», «La mujer del río», «Pan, amor y fantasía», «Bocaccio 70», «Ayer, hoy y mañana», «La mujer del cura», «Matrimonio a la italiana», «Una jornada particular» y su obra maestra en el cine italiano que le valió un Oscar, «Dos mujeres» de la mano de Vittorio de Sica. Después vendría su consagración internacional, apoyada por su marido, el productor Carlo Ponti.

Romana, bautizada como Sofia Villani Scicolone, hija de Romilda Villani y Ricardo Scicolone, Loren creció en las barriadas miserables de Pozuoli, en las afueras de Nápoles donde conoció de cerca los personajes femeninos que luego interpretaría en las películas llenas de perdedores y soñadores como ella. Luego de apariciones breves (los fanáticos se dedican ahora a descubrirla en medio de la multitud en el circo romano en «Quo Vadis»), conoció al entonces director Carlo Ponti quien la formó, reeducó y convirtió en una de las pricipales estrellas del cine italiano de los grandes directores, al lado de Silvana Mangano, Rossana Podesta, Silvana Pampanini, Gina Lollobrigida, Giuletta Massina y Ana Magnani.

Su película «Dos Mujeres» (1960) le dio el Oscar, uno de los pocos que la Academia ha otorgado a alguien en un idioma diferente del inglés, aunque no acudió a la ceremonia. Sí lo hizo cuando en 1991 le dieron otra estatuilla honoraria por toda su carrera.