Dirigida por Chema García Ibarra, será una historia de ufología popular, ciencia ficción costumbrista, esoterismo de barrio y fabricación de calzado

Se encuentra en desarrollo «Espíritu sagrado», la ópera prima del hasta ahora cortometrajista Chema García Ibarra («El ataque de los robots de Nebulosa–5», «Protopartículas», «Misterio», «Uranes» y «La disco resplandece»), una historia que tilda de «ufología popular, ciencia ficción costumbrista, esoterismo de barrio y fabricación de calzado”, cuyo rodaje arrancará el 15 de septiembre en Elche (Alicante).

La sinopsis habla de que Julio ha muerto. Es una noticia terrible para «Ovni-levante”, la asociación de aficionados a la ufología que presidía. A José Manuel, uno de sus miembros, esa muerte le afecta especialmente: Julio y él tenían un proyecto secreto para alterar el destino de la humanidad. Ahora está sólo para llevarlo a cabo.

«En «Espíritu sagrado», el universo de mis cortometrajes anteriores se expande, pero mantiene sus coordenadas: intérpretes no profesionales, provenientes del mismo barrio obrero en el que filmamos, encarnan personajes a la vez tiernos y oscuros, divertidos y siniestros; exploraremos la poética y el misterio de los contrastes inesperados, dotando de un aura de ciencia ficción cósmica a un bar español de barrio donde sirven tapas de ensaladilla. Será una película hecha con amor y respeto” advierte el director Chema García Ibarra.

«Espíritu sagrado» fue seleccionado el año pasado en la II edición de La incubadora, el programa de desarrollo de largometrajes impulsado por la ECAM. Ibarra antes había dirigido y escrito «El ataque de los robots de Nebulosa–5», «Protopartículas», «Misterio», «Uranes» y «La disco resplandece», todas ellas con un denominador común: películas de ciencia ficción doméstica realizadas sin actores profesionales. Entonces el realizador adelantó sobre su primer largometraje que iba a suceder en Elche, «una ciudad española estandarizada: no es grande ni pequeña, ni especialmente fea o bonita. La zona norte de la ciudad es un gran barrio construido a toda prisa en los años sesenta para acoger a la oleada de inmigración nacional que acudió para trabajar en las fábricas de calzado. Ese es el barrio donde he nacido, crecido y vivido, donde transcurren todas mis películas y de donde provienen las personas que actúan en ellas: un barrio obrero en el que se acepta con naturalidad lo supersticioso, lo sobrenatural y la parte más mágica de la religión; un barrio en el que el médico convive con el curandero, se visitan médiums y se realizan ritos de imposición de manos para curar el mal de ojo”.

Miguel Molina, productor ejecutivo de Jaibo Films, ha explicado a la web de la Academia cómo tiene previsto afrontar el rodaje: «Estamos redactando un plan específico según las recomendaciones sanitarias y las directrices que aparecen en la guía del buenas prácticas del ICAA. Además, estamos atentos a los cambios que puedan ocurrir conforme pasamos de fase y la situación del Covid con el tiempo”. Sobre las medidas de sanidad que hay que adoptar y de qué manera puede afectar a la historia, Molina espera que les afecte «lo menos posible, en principio no hay grandes cambios en nuestra historia solo tendremos que seguir las directrices marcadas”. Y confirma que estos nuevos protocolos que tienen que adoptar no ha afectado al equipo técnico pero sí al artístico. «La mecánica está siendo recibir toda la documentación on-line y a partir de ahí programaremos un casting presencial con cita previa y dejando espacios de tiempo para cuidar las medidas de seguridad”.