El poster en el que la actriz de la serie «Los ángeles de Charlie» lucía la prenda, se vendió por millones en todo el mundo
El Instituto Smithsonian es el encargado de velar por el legado histórico de los Estados Unidos. En él se albergan desde los efectos personales de George Washington (su famosa hacha) hasta el traje ensangrentado y casquete a juego de Jacqueline Kennedy pre Onassis. Allí se alberga la memoria de una nación que olvida fácilmente.
La última donación pertenece a la memoria de la cultura pop y se trata de la prenda que lució una actriz desconocida de sonrisa Profidén y personal y complicado peinado que protagonizaba una serie llamada «Los ángeles de Charlie»: Farrah Fawcett divorciada entonces de otra estrella de la televisión, Lee Majors. El póster lanzó su fama y creó su leyenda. Se vendieron millones y decoró millones de dormitorios y carpetas de estudiantes, chicos y chicas. La leyenda quedó consolidada con su elegante muerte tras años de lucha y sufrimiento.
Su segundo marido, Ryan O’Neal, padre de su hijo Redmon (nombre puesto en homenaje a «Barry Lyndon»), al que amó profundamente pese a que le dió mala vida con sus legendarias borracheras, palizas e infidelidades y que ahora la llora con desconsuelo, acaba de donar, acompañado de su hija Tatum (que le acompañó en «Luna de papel»), al Instituto Smithsonian el traje de baño rojo. Farrah habría cumplido el día de la donación 64 años. O´Neal ha estado acompañado de Tatum, 47, y Redmond, 25, tan atribulado como su padre. Ambos intentaron calmar sus lágrimas mientras proporcionó un emotivísimo discurso. Junto al bañador también se donó un poster original de 1967.
También un libro con los guiones originales de la primera temporada, una muñeca Farrah Fawcett de 1977 y un kit de peluquería con las instrucciones para hacerse el complicado peinado que fue su señal de identidad junto a la enorme sonrisa llena de dientes. De su gentileza personal ya se sabía. Nels van Patten, íntimo de la actriz fallecida en 2009, estuvo allí y reveló que para la foto, Farrah se hizo el peinado y maquillaje… sin espejo. Y que se estrujó un limón en la cabellera para lograr un brillo sinigual. Del póster se vendieron 12 millones de copias y en las peluquerías se dieron clases a los/las profesionales para realizarlo.
Dwight Bowers, comisario del Smithsonian ha comparado la importancia del póster con el de la pin up Betty Grable y el de Rita «Gilda» Hayworth durante la II Guerra Mundial. Bowers ha dicho que el póster define los años 70. La actriz eligió la imagen final de entre casi un centenar y se aseguró los derechos del copyright. O´Neal finalmente dice que todavía no se ha repuesto de su muerte. Junto a Alana Hamilton Stewart, íntima de la actriz a quien ayudó a morir cariñosamente, declara: «No me he hecho a la idea de haberla perdido». El arrepentimiento llega algo tarde aunque la nostalgia, según el Smithsonian, no es un error.