El cineasta ha decidido no acudir al certamen por la controversia que el anuncio de su presencia había provocado
Roman Polanski no estará en el Festival de Cine de Locarno que se celebra estos días en la localidad suiza que le da nombre. El cineasta ha renunciado a su participación por la controversia que el anuncio de su presencia había provocado. El certamen tenía previsto que Polanski presentara este jueves su última película «La Venus de las pieles» y al día siguiente recibiera un premio por el conjunto de su carrera, además de ofrecer una clase magistral sobre su visión del cine.
Polanski estuvo detenido durante diez meses en Suiza (ocho de ellos bajo arresto domiciliario) entre 2009 y 2010 a causa de una orden de captura internacional emitida en su contra por un proceso pendiente en Estados Unidos que le acusaba de haber mantenido relaciones sexuales con una menor hace cerca de tres décadas.
Ahora, una vez en libertad sin cargos, Locarvo había invitado a Roman Polanski al que este jueves se le iba a entregar un Leopardo de Honor. Sin embargo, tras duras criticas hacia el Festival por parte de partidos políticos conservadores y de una fundación suiza que trabaja en favor de la protección de la infancia, el cineasta decidió no acudir: «Después de haber constatado que mi presencia en el Festival de Locarno podría haber provocado tensiones y controversias de parte de personas que se oponen, pero cuyas opiniones respeto, lamento anunciar que renuncio, con gran pesar, a mi participación», ha explicado Polanski en un mensaje.
El director artístico del Festival de Locarno, Carlo Chatrian, ha lamentado la decisión de Polanski, así como el tono exacerbado de ciertas críticas en su contra. «Estoy triste porque los participantes del festival serán privados de un encuentro con un artista extraordinario. El Festival, como lugar de debate y encuentros, ha recibido hoy un gran golpe», señaló.
Debido a la orden de captura internacional en su contra, que la Interpol mantiene todavía en vigor, Polanski sólo puede desplazarse por tres países: Francia, Polonia (cuyas nacionalidades posee) y Suiza. Esta última, rechazó a mediados de 2010 la petición de extradición que le había hecho llegar EE.UU.