Carlos Hipólito y Mapi Sagaseta, protagonizan en el teatro Fernán Gómez de Madrid. Centro Cultural de la Villa, «Rita», una tragicomedia sobre la incapacidad de aceptar la muerte, que habla de la familia, los hermanos, el vínculo materno-filial y la incapacidad de aceptar la muerte.

«Rita», escrita por Marta Buchaca, dirigida por Lautaro Perotti y protagonizada por Carlos Hipólito y Mapi Sagaseta, gira en torno a la pregunta «¿Matarías a alguien a quien quieres?», para hablar de la dificultad de «soltar» a las personas queridas. La obra plantea qué es vivir con dignidad y explora la legitimidad para decidir sobre la muerte de los demás. «La muerte de un familiar mayor es un tema eterno, no está ahora más de actualidad por la pandemia, está pasando cada día», ha subrayado Hipólito. En este punto, el actor ha resaltado que una de las mejores maneras de superar esta pandemia y de «pasar buenos ratos y estar mentalmente más sanos» es acudir a sitios como los teatros que, en sus palabras, «son lugares seguros» que hacen «olvidar lo que está pasando».

Carlos Hipólito y Mapi Sagaseta, que son matrimonio en la vida real, dan vida a dos hermanos en la ficción. Julia es incapaz de tomar decisiones y Toni lo tiene todo muy claro, pero las cosas cambian cuando la perrita de él enferma y el veterinario le sugiere sacrificarla. El mundo de Toni se derrumba mientras Julia, que no tiene problema en saber qué es lo mejor para los demás, le aconseja. ¿Aceptará Toni la muerte de su perrita? ¿Entenderá Julia que su madre también está al final de sus días? Una reflexión sobre la incapacidad de soltar a nuestros seres queridos.

Hipólito, que da vida a un hipocondríadco compulsivo, aclara: «Aunque habla de la eutanasia, «Rita» no es una obra de doctrina, por lo que la gente que piense de una o de otra manera no se va a sentir en ningún momento atacada. Plantea situaciones que son muy fácilmente asumibles por cualquiera que venga a ver la función. Les va a hacer pensar al público, todo visto desde el prisma del humor», ha precisado. En este sentido, comenta que la obra es una comedia «muy divertida» pero que «tiene un trasfondo». «No es solamente risas, es más cosas, es una comedia que habla de la familia, de lo difícil que nos resulta despedirnos de los que se tienen que marchar. Apela más a la ternura, al debate interno sobre un tema para el que estamos poco preparados», afirma.