El actor ha presentado en el Festival de Roma «Siempre a tu lado, Hachiko»

A Richard Gere, 60 años el pasado 31 de agosto, Roma le va. Hace dos años fue la última vez que pisó la alfombra roja de la Festa del Cinema con «The Hoax» y éste ha presentado su última producción de la que es protagonista total junto a un can japones, «Siempre a tu lado, Hachiko», basada en un hecho real acaecido en Japón hace 80 años. Ha dirigido la cinta, Lasse Hallstrom -que dirigió a Gere en «The Hoax»-, a quién desde «Chocolat» se le va la mano casi con todo.

«Siempre a tu lado Hachiko», que en realidad se titula «Historia de un perro», aunque en Italia «Un perro para siempre», es «remake» de una cinta japonesa de 1987 de Seijiro Koyama, inspirada a su vez en una historia emocionante del perro Hachi, quién allá por por 1925 le fue regalado a un profesor universitario de Tokio. En diez años, y hasta 1935, el can de raza aki (criada para acompañar emperadores), le esperaba invariablemente a las 17:00 frente a la estación de tren donde regresaba de la capital de impartir sus clases. Una tarde, el profesor Hidesamuroh no llegó a la estación de Shiyuba, importantísimo nudo ferroviario de la capital nipona. El docente, muy anciano, había muerto. Durante una década le esperó hasta que falleció. Hoy día, una estatua gigante recuerda al fidelísimo animal. En la película, protagonizada y producida por el atractivo sesentón, éste es un profesor de piano para coreografías clásicas y, por supuesto, ocurre en un suntuoso suburbio norteamericano. Le encuentra por accidente en la estación en la que llega de su docencia, le recoge cuando tiene dos meses y nos han enseñado que procede del Tibet. Cómo no.
La historia de amor -como la ha definido Gere en Roma- es superior a la que Parker siente por su mujer, interpretada por Joan Allen. Es una gran decepción comprobar como la excelente actriz ha sucumbido al bisturí en una pésima intervención. Mientras que su marido representa su edad, ella aparenta menos años que la veinteanera hija de ambos. Lo peor de la película. Lo otro, la manipulación afectiva del público, algo comprobado en el pase para la prensa de Roma, donde se oían los sollozos, claramente. El almirabado final, es de antología.