La perseverante lucha de un abogado contra un sistema de control de la inmigración corrupto y profundamente injusto

Ramón Térmens rueda en Barcelona «La mujer ilegal», un drama social con tintes de thriller que protagonizan Daniel Faraldo, Isak Férriz, Gorka Lasaosa, Klaudia Dudová, Boris Ruiz, Àngels Bassas, Montse Germán, Adeline Flaun: La vida del abogado de inmigración Fernando Vila se altera por completo cuando una de sus clientas aparece muerta en circunstancias sospechosas en el interior de un Centro de Internamiento de Extranjeros. En un momento de éxodos de población, grandes grupos de inmigrantes se instalan en España, uno de los núcleos donde empezar de nuevo es Lleida, una ciudad llena de vida y dinamismo donde no faltan oportunidades. Pero donde hay luz, también hay oscuridad. Bajo la protección de la noche, subyace la otra cara de esta ciudad. Destacan las luces de neón de los prostíbulos, lugares donde los débiles no tienen más remedio que someterse a la tiranía de los fuertes. Fernando Vila (Daniel Faraldo) es un abogado en el ocaso de su carrera profesional que se dedica a ayudar a inmigrantes a conseguir sus permisos de residencia. La muerte de Zita Krasniqi (Klaudia Dudova),una joven clienta kosovar de Fernando, en el interior de las instalaciones de un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) lo cambia todo. Fernando decide aliarse con Fátima, una activista musulmana, para aclarar las circunstancias de esta turbia muerte que la burocracia del centro ha archivado como «suicidio”. En este proceso conoce a Juliet Okoro (Yolanda Sey), amiga de Zita, que está atrapada por una mafia que la obliga a prostituirse. Fernando se implica para liberar a Juliet de la mafia y legalizar su situación, pero se encuentra con un rival sin escrúpulos: Oriol Cadenas (Isak Férriz), un comisario de policía corrupto y racista que siente debilidad por Juliet. «Decía el genio de la cámara Nicholas Ray que era necesario afrontar cada película como si fuera la primera o la última. Después de cuatro largometrajes a mis espaldas, afronto el reto de rodar La mujer ilegal con la actitud de la que hablaba el maestro Ray. Esta no es una película más; esta vez quiero ir tan lejos como sea posible, tanto a nivel formal como de contenido. Aquí se habla de dramas humanos muy duros. Aquí mostraremos al espectador las almas de las personas que en los telediarios son solo unidades en la cifra de víctimas. Y esto en el mejor de los casos, cuando de repente, por alguna razón oculta, toca hablar del ‘drama de la inmigración’, siempre desde un punto de vista «informativo», es decir meramente enunciativo y sin ningún tipo de implicación ni compromiso para cambiar la situación», dice Ramón Térmens, que también firma el guion junto al protagonista Daniel Faraldo. El cineasta añade: «A veces (cada vez menos) hay películas que dicen querer remover la conciencia del espectador. Pero se puede remover algo durante un rato (digamos 90 minutos) y que después se quede en su sitio original. No, yo quiero ir más allá. Se trata de cambiar las conciencias, de transformarlas a partir de las semillas de humanidad que todos tenemos dentro, pero que quizás no hemos dejado que crezcan lo suficiente. Conciencia y acción. La película tiene que transmitir al espectador la urgencia de actuar – no basta con indignarse-, cambiemos nosotros para que cambie la sociedad. Para que no quede todo en solo buenas intenciones, proponemos una acción práctica y clara: esta película tiene que precipitar el cierre de todos los CIEs del Estado español. Y a ser posible, de Europa. No se puede mantener a alguien en prisión por el único delito de «ser ilegal». Lo escribo y ya me molesta la propia naturaleza de esta expresión: ¿es posible ser ilegal? ¿Puede una mujer o un hombre ser ilegal? ¿Qué clase de legalidad es la que puede declarar que un ser humano es ilegal? Bartolomé de las Casas escandalizó la sociedad bienestante del siglo XV cuando declaró que los ‘indígenas’ tenían alma. Pues bien, ahora ya solo nos queda declarar a todos los seres humanos «legales”, concluye Ramón Térmens, responsable de títulos como «Joves”, «Negro Buenos Aires”, «Catalunya Über Alles!” o «El mal que hacen los hombres”. Térmens ha basado la historia en los testimonios aportados por el abogado de extranjería Ferran Villuendas, en el que está inspirado el protagonista, junto a quien investigó el «racismo de estado» a través de diferentes casos reales que habían pasado por las manos del letrado. En la película también han colaborado aportando información asociaciones como Tanquem els CIE (Cerremos los CIE), ACNUR, SOS Racisme y Amnistía Internacional, y los productores se encuentran están conversando con Open Arms para incluir sus experiencias con inmigrantes y con gobiernos «intransigentes». «El mensaje es la necesidad de cerrar los CIE», ha indicado el director, quien cree que la sociedad está desinformada sobre estos centros, a los que define como «guantánamos españoles» en los que se encierra a «gente que no ha cometido ningún delito, más allá de estar en posesión de un permiso de residencia caducado o no tener papeles». Ramón Térmens defiende que en dichos centros de internamiento «se cometen continuas vulneraciones de los derechos humanos en forma de maltratos, irregularidades administrativas y abusos a los internos», todo ello encubierto «por una espesa burocracia», mientras que para el actor Isak Pérriz (el policía Oriol Cadenas en la ficción) esta película muestra «la cara B de las noticias y la corrupción en torno a la inmigración». «La mujer invisible» es una coproducción entre España (Segarra Films) y la República Checa (Mímesis) cuyo rodaje trancurre durante seis semanas en localizaciones de Barcelona y Lérida.