La historia de un sureño y un esclavo libre persiguiendo criminales por el lejano oeste

Quentin Tarantino proyecta dirigir un spaghetti western y a Will Smith en él. Es «Django Unchained», que ha definido en su peculiar estilo «como «El bueno, el feo y el malo» se encuentran con «Mandingo» o «Manderlay». Más que spaghetti western sería uno sureño, emplazado en una parte fea de nuestra Historia, el Sur racista y sus gloriosas plantaciones trabajadas por esclavos».

Y si puso a Hitler y nazis en el III Reich, fácil para él un film como «Django Unchained». Él puede. Y contará de nuevo con el magnífico actor austríaco Christoph Waltz como un cazarecompensas, King Schultz, que conoce al esclavo Django y le convierte en Django Freeman y ambos se dedican a hacer una fortuna persiguiendo criminales. Y a más a más, deben intentar liberar a la mujer de Django esclavizada por un poderoso dueño de una plantación en el Mississippi, Monsieur Calvin Candie.
Se rumorea que Tarantino ofreció a Leonardo DiCaprio el rol de Hans Landa de «Malditos bastardos» («Inglorious Basterds») y éste de Schultz (el actor habla perfecto alemán por su madre y abuela tedescas), pero pasó de las ofertas.
Hay una fuerte potencial audiencia -la afroamericana- para ver a este héroe negro montando a caballo, matando criminales blancos y vengándose de años de horror. Se dice que el guión es pura dinamita. Además, pese a esos dos hijos freaks y coqueteos con la Cienciología, Smith es un actor muy querido. Según The Hollywood Reporter, producirá el poderoso Harvey Weinstein, que busca un socio europeo. El regular de Tarantino, Samuel L. Jackson es firme candidato al rol del bastardo Cadie.