«La ronda de noche», del director galés, llega a las pantallas británicas con tres años de retraso

No es accidental que el galés Peter Greenaway, que el 2 de abril cumplirá 68 vigorosos años, viva en Amsterdam frente al Rijksmuseum, donde se albergan los Vermeers y Rembrandt’s y otras joyas de la pintura nerlandesa. Tampoco que haya encontrado una segunda vida personal y artística en Holanda, con una directora teatral llamada Saskia (el nombre de la mujer de Rembrandt), con la que tiene dos hijos pequeños. Habiendo sido su primera vocación la pintura, no es extraño que en el gran museo holandés le hayan permitido trabajar sobre la «Ronda de noche», sobre la que erigió un espectáculo de Luz y Sonido en 2007.

La presentó entonces ante un reducido grupo de escogidos periodistas y fuí testigo de cómo echaba a gritos a una periodista que había descontextualizado unas opiniones suyas. La experiencia coincidió con el estreno en Holanda de «La ronda de noche» («Nightwatching»), protagonizada por Martin Freeman (que hizo su fama en «La oficina» inglesa), un trabajo arriesgado en el que el actor permanece casi constantemente desnudo. Incluso aquí, el film fue apenas visto y desapareció. Se trataba de una extravagente recreación de la vida amorosa y artística del pintor de Leiden, de su alzamiento social y artístico por la boda con Saskia, del encargo de la «Ronda de noche», del asesinato que en el lienzo denunciaba y su brutal descenso a la penuria, según Greenaway, precisamente por el cuadro y su acusación.

No fue sólo la prematura muerte de Saskia la que le abocó a la pobreza sino el hecho de que, según Greenaway, la pintura le sirvió para denunciar un importante crimen. Visitar el museo con Greenaway y verle describir el asesinato sobre el cuadro es una experiencia incomparable. Greenaway ya había abordado el tema en el «J’accuse», con actores que después reclutó para «La ronda de noche». El director mantiene que Rembrandt inventó el cine por el uso de la luz y que hoy estaría haciendo películas más avanzadas que James Cameron.

Ahora, tres años después, el film será estrenado el próximo 26 en el Reino Unido y mantendrá un coloquio abierto con el público en el ICA de Londres el 28. Mientras, dice estar preparando 26 proyectos. Y negocia con el Vaticano poder realizar un nuevo Luz y Sonido en la Capilla Sixtina y el Juicio Final. Y prepara una exposición de su última obra pictórica en Milán. Finalmente, en una entrevista muy potente concedida a «The Guardian», anunció que se suicidará cuando alcance los 80 años. Para entonces, su hija pequeña habrá cumplido 21 años y habrá completado sus 26 proyectos en marcha. «Me quedan 14 años y me siento igual de hambriento que cuando comencé». Todavía hay Greenaway para rato.