UGO TOGNAZZI

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    Ugo Tognazzi nació el 23 de marzo de 1922 en Cremona, Lombardía, Italia. Actor y director, además de autor teatral, cinematográfico y televisivo, su rostro llenó la segunda mitad del siglo XX del mundo del espectáculo en Italia. Junto con Alberto Sordi, Vittorio Gassman, Nino Manfredi y Marcello Mastroianni fue uno de los pilares de la comedia a la italiana.
    A causa de la profesión del padre, inspector de una compañía de seguros, pasó los años de la infancia en varias ciudades para volver más tarde, en 1936, a su natal Cremona donde, con catorce años, encontró trabajo como obrero de la Negroni, célebre fábrica cremonesa productora de embutidos. En el tiempo libre, actuaba en una compañía de teatro anexa a la fábrica, destinada a las horas posteriores al trabajo de los operarios (su debut teatral ya había ocurrido, cuando tenía sólo cuatro años, en el teatro Donizetti de Bérgamo).

    Durante la segunda guerra mundial fue llamado a filas y se dedicó con empeño a organizar espectáculos de variedades para sus compañeros de armas. Después de la rendición italiana retornó a Cremona donde trabajó como archivista. La pasión por el espectáculo, sin embargo, lo llevó a abandonar el trabajo y trasladarse, en 1945, a Milán. Aquí participó en una velada para aficionados en el Teatro Puccini tras la cual fue contratado en la compañía teatral de Wanda Osiris.
    En 1950 debuta en cine con un film dirigido por Mario Mattòli, «Los cadetes de Gascuña» («I cadetti di Guascogna»), junto a Walter Chiari. Al año siguiente conoce a Raimondo Vianello con quien formará una pareja cómica de gran éxito que de 1954 a 1960 trabajará para la recién nacida Rai TV. Lo que consagra a la pareja en la pequeña pantalla es el programa de variedades «Un, due, tre». La comicidad más populista y sanguínea de Ugo y aquella otra más refinada e «inglesa» de Raimondo, se compenetraban de maravillas con resultados cómicos absolutamente irresistibles. Prácticamente fue el primer ejemplo de sátira televisiva en Italia, incluso no sin problemas de censura para el dúo, que no se temía meterse incluso con el Presidente de la República y del Consejo.

    Tognazzi jugó magistralmente la carta de sus raíces equidistantes entre la industriosa Milán y la más alegre llanura padana, interpretando, entre otros, los más repesentativos y característicos personajes populares, de un modo absolutamente convincente, a las órdenes de Alberto Bevilacqua («La califa» (La califfa», 1971); «Esta especie de amor» («Questa specie d’amore», 1972) y más tarde de Bernardo Bertolucci («La historia de un hombre ridículo» («La tragedia di un uomo ridicolo», 1981): espléndido pequeño (y casi desconocido) film sepultado entre las megaproducciones a las cuales Bertolucci se iba orientando ya en aquellos años, que le valió a Tognazzi la Palma de Oro en el Festival de Cannes como mejor actor.
    Apegadísimo a su tierra y a su ciudad -no era infrecuente encontrarlo en el estadio Zini alentando a la Cremonese de su amigo Domenico Luzzara, el presidente-, Ugo intercalaba a menudo en sus personajes frasecillas graciosas en dialecto cremonés. Legendarias son aquellas, numerosas y contenidas en el film «La marcia su Roma» (1962) de Dino Risi. En la película que lo lanzó en el cine satírico, «El federal» («Il federale», 1961), de Luciano Salce, su personaje ha nacido en Azzanello, pequeño pueblo vecino a Cremona.

    Paralelamente a aquellas experiencias de cine de autor, por otra parte, el sibarita y transgresivo Ugo se introdujo en las trilogías «Amigos míos» (1975, 1982, 1985) y «La jaula de las locas» («Il vizietto») (1978, 1980, 1985), que tuvieron gran suceso de público.
    El espíritu festivo y transgresor de Ugo Tognazzi llegó al extremo cuando en 1979 tomó parte en una de las más clamorosas bromas mediáticas de la historia italiana: aceptó fotografiarse esposado por falsos policías. Se trataba de una broma preparada por el semanario satírico «Il Male». Tres falsas ediciones de «Il Giorno», «La Stampa» y «Paese Sera» «salieron» con titulares que anunciaban el arresto del actor en calidad de jefe de las Brigadas Rojas. Justificándose de la broma, Tognazzi dijo que, en una época del mismo género, no había hecho más que reivindicar «el derecho a la tomadura de pelo».
    Se ha autodirigido en cine varias veces («El mantenido» («Il mantenuto», 1961); «El silbido en la nariz» («Il fischio al naso», 1966); «Siseñor» («Sissignore», 1968); «Malos pensamientos» («Cattivi pensieri», 1976; «Los viajeros del atardecer» («I viaggiatori della sera», 1979).
    En los años ochenta se dedicó sobre todo al teatro, actuando en «Seis personajes en busca de autor» («Sei personaggi in cerca d’autore)», en París (1986) y en «El avaro» («L’avaro», 1988).
    Participó en cerca de 150 películas, compartiendo cartel y escenas, en muchas de ellas, con uno o varios de los ya citados Sordi, Gassman, Manfredi y Mastroianni, como también con otras figuras de la talla de Philippe Noiret, Michel Piccoli, Claudia Cardinale, Ornella Muti, Catherine Deneuve, Monica Vitti o Mariangela Melato, entre otras.

    Asimismo, trabajó junto a los grandes pesos pesados de la comedia que le precedieron, como Totò, Peppino De Filippo, Tina Pica o Aldo Fabrizi y a los que habrían de sucederle, como Paolo Villaggio o Renato Pozzetto.
    Sus registros actorales fueron múltiples, alternando papeles con distintos tipos de humor, desde los más histriónicos a los más contenidos, del humor costumbrista al absurdo e incluso a trabajos de tono dramático. Se apuntó con audacia a numerosos proyectos de corte sumamente experimental, como varios de sus trabajos con Ferreri («La gran comilona», «No tocar a la mujer blanca»), o películas tan extrañas como «Pocilga», de Pier Paolo Pasolini o «La propiedad no es más un robo», de Elio Petri.
    Tognazzi tuvo cuatro hijos, ligados todos ellos, de un modo u otro, al cine. El primero de ellos, el actor y director Ricky Tognazzi, con la actriz Pat O’Hara, nacido en 1955. El segundo, el director y productor Thomas Robsahm, con la actriz Margarete Robsahm, nacido en 1964. De su posterior pareja con la actriz Franca Bettoia, con quien se casaría en 1972, nacieron el actor Gianmarco Tognazzi y la asistente de dirección y directora María Sole Tognazzi.
    Ugo Tognazzi murió imprevistamente el 27 de octubre de 1990 en Roma a consecuencia de una hemorragia cerebral. En 2010, a los 20 años de su muerte, el Festival de Cine de Roma le ha dedicado un magno homenaje.