Tony Curtis, cuyo nombre real era Bernard Schwartz, nació en junio de 1925 en el barrio del Bronx, en Nueva York, en el seno de una familia de judíos húngaros. Galán por excelencia del Hollywood de los años 60, estudió en el Dramatic Workshop of the New School for Social Research de Nueva York. Durante la II Guerra Mundial fue destinado a infantería de marina, siendo herido y sirvió en un submarino. Tras la guerra debutó en los escenario de Broadway en 1948, en obras como «Twelfth Night” o «Golden Boy”, conociendo a la agente teatral Joy Selznick, sobrina del famoso productor David O. Selznick de los Estudios Universal que, tras entrevistarle, le ofreció un contrato de siete años. Fue entonces cuando «Boinie», como le llamaban, cambió su nombre por el de Tony Curtis, una mezcla surgida del nombre del protagonista de la novela de Hervey Allen «Anthony Adverse” y del de su tío Janush Kertiz.
Sus inicios en el cine comenzaron por un papel de dos minutos de duración en «El abrazo de lña muerte» («Criss Cross”, 1949), junto a Burt Lancaster, donde encarna a un gigoló capaz de dar celos a la estrella del momento bailando con Yvonne De Carlo, al que le siguió otro en el que su personaje ya tenía nombre, Mitch, en «City Across the River” (1949). Su filmografía se componde de más de 100 películas, desde el año 1949 hasta 2008.
Pero gracias a este papel y a su imagen de galán apuesto y refinado se fijó en él Billy Wilder, que para el papel de Joe/Josephine de «Con faldas y a lo loco” (1959) necesitaba un buen actor lo bastante atractivo para que la protagonista femenina se enamorase de él. De hecho, Marilyn Monroe pasó por sus brazos tanto dentro como fuera de la escena, tal y como ocurriera con su compañera en «La pícara soltera” (1964) y «La carrera del siglo” (1965), Natalie Wood. Tony Curtis confesó en unas polémicas memorias que tuvo un romance con la mítica Marilyn Monroe, que la dejó embarazada mientras rodaban «Con faldas y a lo loco», y que ella perdió el niño.
A pesar del riesgo que suponía que Curtis y Lemmon aparecieran vestidos de mujer durante casi todo el metraje de «Con faldas y a lo loco», la historia resultó, en gran parte, por esa locura encajada en los sangrientos años 20; no hay que olvidar que es en este filme donde Wilder representó de manera cómica la famosa Matanza del Día de San Valentín ocurrida el 14 de febrero de 1929 cuando Al Capone decidió que para deshacerse del capo George «Bugs» Moran debía eliminar a toda su banda. Un año más tarde, y tras haber participado en películas como «Operation Petticoat”, bajo la batuta de Blake Edwards, «¿Quién es esa chica?”, de nuevo junto a su mujer, y «Perdidos en la gran ciudad”, de Robert Mulligan, Curtis encarnó al esclavo poeta Antonino en «Espartaco”, donde protagonizaría una escena «escandalosa» y censurada que, año más tarde, se volvería a incluir: su poderoso atractivo es capaz de despertar el interés sexual de su amo Marco Licinio Craso (Laurence Olivier).
Tras su divorcio en 1962, año en el que Curtis compartía la pantalla con Yul Brynner en «Taras Bulba”, Curtis se casó con Christine Kaufmann en 1963 y estrenó un peculiar thriller de John Huston, «El último de la lista”, en el que grandes estrellas como él, Douglas, Robert Mitchum o Frank Sinatra aparecían convenientemente camuflados para descubrirse en los títulos de crédito. En los sesenta fue ese género de la comedia el más frecuente en su filmografía, con películas como «Soltero en apuros», «Adios, Charlie», «La pícara soltera», «La carrera del siglo» y «No hagan olas». Pudo, sin embargo, demostrar que era capaz de interpretar papeles más dramáticos en «Espartaco» y sobre todo en «El estrangulador de Boston», donde incorporaba a un asesino en serie, lo cual descolocó a muchos de sus fans, que nunca lo creyeron capaz de tales crímenes. En la década de los 70 Tony Curtis se ve obligado a dejar de trabajar por sus problemas con el alcoholismo.De estos años son «Lepke», en 1975; «Club Life», en 1985; «Lobster man from Mars», en 1989, entre otros muchos títulos. En los años 90 apareció en filmes como «The Immortal’s» (1995), «Brittle Glory» (1997) y «Louis & Frank» (1997) y en series como «Los persuasores» y «McCoy».
En los años 70 inició una segunda actividad como pintor. Sus cuadros de colores vivos y estilo figurativo, dibujos y esculturas se han expuesto en galerías de América, Europa y Japón. El actor se casó seis veces, la primera con Janet Leight. Su última esposa fue Jill Vandenberg Curtis, con quien estaba casado desde 1998. Curtis tiene su estrella en el Paseo de la fama de Hollywood en el Hollywood Boulevard y fue distinguido como caballero de la orden de las Artes y las Letras en 1995 en Francia.
Tony Curtis Curtis murió en su casa en Las Vegas el 29 de setiembre de 2010 de un aparente paro cardiorrespiratorio, agravado por su avanzada edad (85 años), tras haber estado hospitalizado por problemas respiratorios.