RODOLFO VALENTINO

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    El primer latin lover de la historia del cine nació en Castellaneta, Italia, el 6 de mayo de 1895. La personalidad de Valentino está envuelta en el misterio y la contradicción. No muy alto, delgado, moreno, cabello engominado, representó a la perfección el papel del primer sex Symbol del siglo XX. Fue la imagen del macho duro y dominador que cautivaba a la mujer tratándola con displicencia y rudeza.
    Su nombre verdadero era Rodolfo Pietro Filiberto Raffaelo Guglielmi di Valentina. Hijo de madre de nacionalidad francesa y padre italiano, nació en Castellaneta, Tarento, Italia. Tenía un hermano menor, Alberto, una hermana menor, María, y una hermana mayor que murió en la infancia, Beatrice. De pequeño, Valentino era un niño mimado y problemático. Mal estudiante, solía saltarse las clases siempre que podía, hasta que su madre le llevó a una escuela de agricultura donde consiguió un título. En 1912, viajó a París donde tardó menos de un año en perder todo su dinero y llamar a su madre para ayudarlo a volver a Italia. De nuevo en Italia, era incapaz de encontrar un trabajo y sus tíos decidieron enviarlo a Estados Unidos para buscar suerte allí.

    En 1913, Valentino se trasladó a Nueva York a buscar fortuna. Después de dilapidar su dinero como de costumbre, pasó un tiempo viviendo en las calles y trabajando como jardinero, camarero, bailarín y gigoló. Poco a poco hizo amistades entre la alta sociedad, y atrajo la atención de la heredera chilena Blanca de Saulles. No es seguro que tuvieran una relación, pero poco después de Saulles se divorció de su marido alegando la infidelidad de éste, y respaldada por Valentino. Al final, el propio Valentino se vio envuelto en el escandaloso divorcio que acabó con Blanca asesinando a su marido de un disparo.

    El suceso provocó que Valentino se trasladase a Hollywood y se cambió el nombre de Rodolfo Guglielmi a Rodolfo Valentino, en parte para dejar atrás lo sucedido con la heredera chilena y en parte porque a los americanos les habría resultado imposible pronunciar lo de Guglielmi.
    Ya en Hollywood, Valentino se unió a una compañía de opereta que viajaba a Utah. De allí, dejando la troupe, viajó a San Francisco, donde conoció al actor Norman Kerry; éste le instó a que probara suerte en el cine mudo. Hasta entonces, Valentino sólo había hecho de extra en algunas películas mudas en Nueva York.

    Sus primeros papeles fueron de villano o gángster. El joven italiano era todo lo contrario al actor de moda por entonces, el Douglas Fairbanks pálido, ojiazulado, étnicamente estadounidense. A Valentino, su exótica apostura le permitió jugar la innovadora baza de latin lover.

    Finalmente, llamó la atención de la guionista June Mathis, quien lo juzgó perfecto para su siguiente película, «Los cuatro jinetes del apocalipsis», dirigida por Rex Ingram y con guion del escritor español Vicente Blasco Ibáñez. La película fue un éxito y le valió a Valentino el apodo de «piernas de tango». Los tiempos en que Rodolfo se ganaba la vida como gigoló en Nueva York pasaban al recuerdo, pero algo quedaba en su estilo, en sus gestos, de aquel joven conquistador de cabaret.

    Después vendrían «El Caíd» («The sheik»), su personaje más icónico, y años más tarde «El hijo del caíd». Con la película «Sangre y arena» (de tema taurino y también sobre guion de Blasco Ibáñez), junto a Lila Lee y Nita Naldi, Valentino se convirtió en la mayor estrella masculina de su tiempo.

    A pesar de todo, Valentino no estaba muy contento con su salario, y se embarcó en un tour de danza por los Estados Unidos junto a la bailarina Natacha Rambova. El tour fue un éxito y Valentino ganaba con él unos 7.000 dólares semanales. En ese mismo periodo, publicó un libro de poesía, «From Day Dreams», y su biografía apareció en forma de serial en revistas de cine. También grabó un disco, llamado «Valentino’s Renditions», y retó a un periodista a un combate de boxeo por insinuar que era homosexual.

    En 1919 se casa con la actriz Jean Acker, una supuesta amante de la también actriz Alla Nazimova, quien la había amenazado con destruir su carrera si la abandonaba, antes de que ésta se casara con Valentino. A este matrimonio, que no llega a durar un mes, prosigue la unión civil con Natacha Rambova, de la que también acabaría divorciándose. Al inclumplir la ley californiana que obliga esperar un año entre divorcio y matrimonio, Valentino pasó tres días en prisión y fue puesto en libertad bajo fianza. Poco antes de morir, se le atribuyen varias relaciones, como con la actriz Pola Negri.

    El 15 de agosto de 1926, Valentino fue hospitalizado en Nueva York y operado a causa de una úlcera perforada. Justo cuando empezaba a recuperarse, la peritonitis empezó a extenderse por su cuerpo. Murió ocho días después, el 23 de agosto de 1926, a la edad de 31 años. Su fallecimiento provocó entre sus numerosos seguidores un tremendo duelo que conllevó disturbios en su multitudinario funeral, e incluso centenares de suicidios por todas partes del planeta.
    Era el gigolo con el que soñaban todas las mujeres, y fue el primer gran mito de Hollywood. Pese a su controvertida relación con las mujeres (el mito erótico de la era del charlestón estuvo siempre traumatizado por el sexo), las miles que lloraron la muerte de su ídolo, derramaron lágrimas sinceras por el que consideraban como el mejor amante del mundo. Está enterrado en el Hollywood Forever Cemetery (antes Hollywood Memorial Park Cemetery), en Hollywood, California.