ROBERT MITCHUM

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    Nacido el 6 de agosto de 1917 en Bridgeport, una pequeña localidad de Connecticut (Estados Unidos), Robert Mitchum ha sido uno de los grandes de Hollywood, uno de los actores con una trayectoria más prolíficas y polifacéticas del Hollywood de los años de las últimas seis décadas del siglo XX.

    Robert Mitchum, de auténtico nombre Robert Charles Durman Mitchum, nunca se tomó en serio lo de ser una estrella de Hollywood. Su total indiferencia a la fama y a «las mentiras” de la meca del cine le llevaron a decir que las películas le aburrían, «sobre todo las mías”; que sus dos registros interpretativos eran «con caballo y sin caballo”; y que una de las mayores estrellas de todos los tiempos era el perro Rin Tin Tin, entre otras lindezas.

    Muy lejos del americano medio, este intérprete de Connectitut conocido por la serie negra, los westerns y los dramas de guerra, fue uno de los actores que mejor imagen dieron del mal a través de los hombres atrapados, trastornados, villanos, perdedores y villanos que encarnó. Leyenda sin querer serlo, el protagonista de clásicos como «La noche del cazador», «Sólo Dios lo sabe», «El cabo del terror», «Adiós muñeca» y «El día más largo», murió el 1 de julio de 1997 delgado y demacrado por el cáncer de pulmón que le detectaron en primavera de ese mismo año.

    Su estilo relajado, su aire indolente y la dureza de su expresividad facial le permitieron debutar a principios de los años 40 en personajes secundarios de películas del Oeste. Nominado al Oscar como mejor actor secundario por «También somos seres humanos”, que dirigió William Wellman en 1945, Robert Mitchum trabajó con los mejores directores durante seis décadas: Edward Dmytryk, Vincente Minnelli, Jacques Touneur y Raoul Walsh en los años 40, Josef von Sternberg, Nicholas Ray, Otto Preminger, John Huston o Fred Zinnemann en los 50, Joseph Losey, Howark Hawks o David Lean en los 60, Peter Yates y Sydney Pollack en los 70, Richard Donner, Andrei Konchalowsky o Danny Huston en los 80, y Martin Scorsese y Jim Jarmusch en los 90.

    Bob Mitchum, nombre con el que figuró en sus primeros filmes, continúa siendo carne de culto para mitómanos, brillando como actor y conquistando a las nuevas generaciones por su tumultuosa existencia, alcohol, drogas, violenta personalidad, cerca de cuarenta detenciones, estancia en la cárcel, y sus apasionadas aventuras con Ava Gardner, Marilyn Monroe, Rita Hayworth o Shirley MacLaine, por la que estuvo a punto de abandonar a la que fue su única mujer y madre de sus tres hijos, Dorothy Spencer.

    «Dead Man», de Jim Jarmusch, fue el testamento cinematográfico de este brillante y sobrio intérprete de cejas curvadas, sensual caminar y acusada personalidad que vivió en el cine durante cinco décadas y, como otras muchas viejas glorias, participó en series de televisión.

    ANTIMÉTODO Y ANTIHÉROE

    Individualista, cínico, escéptico, aventurero, rebelde, impulsivo… Robert Charles Durman trabajó en lo que pudo antes de que el teatro, primero, y después el cine, se cruzaran en su camino. Niño vagabundo, boxeador semiprofesional, compositor de canciones para espectáculos de variedades, cantante sin éxito…El duro Mitchum tuvo una existencia de lo más movida, aunque tras esa «piel de lobo» se escondía un hombre que escribía poesía y cuentos infantiles, y un gran coleccionista de libros y discos.

    El que para muchos fue el primer antihéroe moderno llamó la atención en «También somos seres humanos» y tuvo su primer éxito con «Encrucijada de odios». Detective privado en «Retorno al pasado» y en «Adiós muñeca», donde dio vida a un Philip Marlowe cincuentón y fracasado, el que fue uno de los «Hombres errantes» y cruzó el «Río sin retorno» junto a Marilyn Monroe acató las órdenes de John Huston («Sólo Dios lo sabe»), de Vincente Minnelli («Con él llegó el escándalo»), de J. Lee Thompson («El cabo del terror»), de Howard Hawks («El Dorado»), de David Lean («La hija de Ryan»), de Sydney Pollack («Yakuza»), de Elia Kazan («El último magnate»), de Martin Scorsese en el remake de «El cabo del miedo», «El cabo del terror» y el gran actor británico Charles Laughton, que le dirigió en la única película que hizo detrás de la cámara, «La noche del cazador», su más memorable creación.

    Contrario a las escuela del método, este hijo de irlandés que aprendió a cantar calypso se fue cotizando con el tiempo. Mitchum, que no logró ningún Oscar (sí que logró el Premio Donostia del Festival de San Sebastián y un Globo de Oro honorífico), fue, a su manera, fiel porque nunca se separó de la que fue su primera novia y esposa, Dorothy, y, aunque en la cartera no llevaba fotos de sus hijos, sino de la planta de marihuana que cultivaba, y ayudó a sus vástagos James y Chris cuando decidieron, sin éxito, seguir sus pasos.

    Robert Mitchum El chico malo de Hollywood murió poco antes de cumplir ochenta años y un día antes que el chico bueno por excelencia del cine norteamericano, James Stewart.