MARILYN MONROE

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    LA ACTRIZ MÁS FAMOSA DE LA HISTORIA DEL CINE

    Norma Jean Mortensen Baker nació el 1 de junio de 1926 en Los Ángeles y murió también en Los Ángeles el 5 de agosto de 1962, recién cumplidos los 36. La probablemente más célebre de todas las actrices de la Historia del Cine, La más estrella, «la rubia explosiva» medía 1,66 mts. de estatura, rodó treinta películas, y no terminó la última, «Something’s Got To Give”. Era una triunfadora absoluta…pero ella nunca se sintió así: en sus entrevistas siempre se percibía un cierto aire de decepción y tristeza. Norma Jean, a fin de cuentas, fue una niña criada entre multitud de familias y de orfanatos que, debido a las carencias afectivas, optó por crearse un mundo imaginario, que hizo finalmente realidad… el caso era «cambiar de piel”, como ella misma decía…

    Su madre, Gladys Monroe Baker trabajaba como prostituta y bautizó a la hija como Norma Jean, en honor a la actriz del cine mudo Norma Talmadge. Se sabe casi con certeza que su padre fue un tal Stanley Gifford, pero se barajan otros nombres: el de Martin E. Mortensen, inmigrante noruego con quien Gladys también tuvo relaciones. Marilyn fue dada en adopción desde las 6 semanas de vida hasta los 7 años, cuando su madre se la llevó a una casita que había comprado; parecía que así iniciaban juntas un proyecto de vida más o menos normal; pero un año después Gladys fue ingresada en un psiquiátrico diagnosticada de «adicción sexual».

    Más tarde Marilyn viviría obsesionada con la idea de haber heredado esa enfermedad, especialmente cuando era internada (en varias ocasiones) tras sus problemas de pareja. Durante las crisis psíquicas de su madre, Monroe vivía, bien con el matrimonio Bolender, vecinos de su abuela, o en un orfanato, o con alguna familia adoptiva.

    A los 12 años Marilyn compartió habitación con Edith Ana Lower, su amiga, a la que quería profundamente. A los 16 años, animada por Edith, buscando estabilidad en su vida y para no tener que regresar al orfanato, se casa con James E. Dougherty, un irlandés de 21 años, empleado de una fabrica de aviones. Marylin intentó ser a partir de entonces una buena ama de casa, pero estalló la Segunda Guerra Mundial, se incorpora su marido a la Marina. Le acompaña unos meses, pero después embarca a Australia. En plena contienda, en 1945 un fotógrafo de la Marina visita la fábrica donde ella trabajaba para hacer un reportaje sobre las mujeres durante la guerra. Monroe es la escogida para salir en las fotos. No tarda mucho la revista Yank en proponerle convertirse en modelo y es contratada por la agencia Blue Book.

    UNA CARRERA METEÓRICA
    No pasó mucho tiempo hasta que Monroe comenzó como modelo, representada por Emmeline Snively, quien le aconsejó teñirse el cabello rubio platino. En 1945 salió en la portada de más de 30 revistas, era conocida como «el sueño de los fotógrafos» y en julio de ese año el jefe de casting de Fox queda fascinado, la contrata por 125 dólares a la semana y le cambia el nombre: Marilyn, como Marilyn Millar, la actriz del momento.

    No está muy claro cuando empieza a rodar para el cine y menos aún cuando aparece exactamente en pantalla, ya que sus primerísimos minutos en un plató desaparecen en el montaje. Hay dos primeros títulos «Dangerous Years” y «The Shocking Miss Pilgrim”, los dos de 1947. Luego llega » Scudda-Hoo! Scudda Hay!” y consigue su segundo papel protagonista en «Ladies of the Chorus”, las dos de 1948. Un año más tarde posa desnuda para el fotógrafo Tom Kelley, en un calendario que sería el impulso definitivo, su consagración como sex-symbol.

    John Hyde fue su segundo protector, gracias a él logró un nuevo contrato con la Fox, pero ella quedó de nuevo desamparada tras su muerte en 1950. Aunque no tan desamparada, desde luego porque… en 1951 participó en la entrega de los Oscar. En 1952 es portada de la revista Life y en 1953 deja sus huellas en el cemento del Hollywood Boulevard con Jane Russell. En diciembre de 1953 aparece en la portada del primer número de Playboy, la primera chica del mes de la revista, con la famosa fotografía «sueños dorados» por sus medidas (94-58-92). La revista le dedicó en total cinco portadas, la última, de diciembre de 2005, con nuevas informaciones en torno a su muerte.
    En 1946 Monroe se divorció de James Dougherty. Se rumora que se casó con el escritor Robert Slatzer aunque este matrimonio nunca se confirmó y más bien se cree que Slatzer utilizó el nombre de Marilyn en beneficio propio. En 1954 se casa con el famoso ex-jugador de beisbol Joe Di Maggio, celoso e incapaz de comprender sus crisis emocionales. Nueve meses después se divorcian y en ese tiempo Marilyn realizó su famosa actuación para las tropas norteamericanas en Corea.

    ÉXITOS Y FRACASOS
    Aunque Monroe irradiaba sensualidad y ante las cámaras aparecía como una mujer segura, en realidad padecía una inseguridad patológica. Esta inseguridad y sus retrasos y ausencias provocaban grandes pérdidas a los productores, que comenzaban a desesperarse. En 1954 comenzó a estudiar artes escénicas con Lee Strasberg, director del Actor’s Studio en Nueva York. Allí estuvo, al parecer, relacionada sexualmente con Elia Kazan. Ese mismo año creó su propia productora para conseguir mayor control sobre sus contratos. En 1955 la Fox le interpone una demanda por incumplimiento de contrato, pero en ese mismo año firma uno nuevo, por el que recibe 8 millones de dólares por 7 películas. En 1956 Monroe se casó con el dramaturgo Arthur Miller (otro Miller decisivo en su vida, como la Marilyn de la que tomó el nombre); escribió especialmente para ella el guión de «Vidas rebeldes” (1961), su penúltima película, dirigida por John Huston. Todavía casada con Miller, se enamoró de Yves Montand, con quien comparte reparto en «El multimillonario”. Se divorcia de Arthur Miller en 1961.
    Ese mismo año es ingresada en una clínica psiquiátrica de Nueva York por una crisis depresiva. Al año siguiente, 1962, compra una casa en Los Ángeles y comienza el rodaje de su última película, la inacabada «Something’s Got to Give”, co-protagonizada por Dean Martin, Cyd Charisse y Tom Tryon y dirigida por George Cukor… ella encarna a una madre que vuelve al hogar, después de seis años es rescatada por la marina norteamericana; y al volver, encuentra que su marido ha vuelto a casarse, sus hijos no la reconocen y la situación es extraña. Era una comedia romántica, que se quedó definitivamente en 34 minutos de duración. Último papel de Marilyn, película inacabada que finalmente, en 2001, se remontó, y convirtió en un homenaje a la actriz. La Fox confiaba mucho en este proyecto para sanear su economía, la empresa amenazaba con la quiebra, debido a los desmesurados gastos del rodaje de «Cleopatra”. Pero Marilyn estaba delicada de salud, y con agudos síntomas de inseguridad. Sus ausencias hacen que todo se retrase cada vez más, y la Fox no se puede permitir más pérdidas.

    Justamente en esa época tiene lugar en Nueva York la famosa gala de cumpleaños del presidente John F. Kennedy, en la que Marilyn cantó el «Happy Birthday». Para acudir allí se ausentó una semana entera del rodaje, a pesar de que Fox le exigió que se quedase para cumplir con su trabajo; le rescinde el contrato, le despide, el estudio intenta acabar la película con otra actriz, pero Dean Martin se opone, y a Fox no le queda más remedio que readmitir a Monroe. La película es un remake de «Mi mujer favorita”, de Garson Kanin (1940) estaba protagonizada por Irene Dunne y Cary Grant. El guión de Nunnally Johnson y Walter Bernstein se basa en el guión original de Leo McCarey, Bella y Sam Spewack. Al año siguiente del fallecimiento de Marilyn, 1963, se rodaría una nueva versión dirigida por Michael Gordon y protagonizada por Doris Day y James Garner. La película se tituló «Apártate, cariño”.

    DEL TODO A LA NADA
    En 1962 aparece la última entrevista de Marilyn en la revista Life. La noche del 4 de agosto parecía contenta. A las 21.00 horas dio las buenas noches a su criada, Eunice Murray. Fue encontrada sin vida por su criada, tendida sobre la cama, con el teléfono descolgado, a las 3 y media de la madrugada. Antes de su muerte, a los 36 años, y según se dice, había vivido un romance con Robert F. Kennedy y John F. Kennedy, cuya repentina decisión de abandonarla podría haberla impulsado a consumir una sobredosis de barbitúricos. El hecho es que el clan Kennedy nunca aceptó que John y Robert se relacionaran con ella, primordialmente por la intervención de J. Edgar Hoover, quien sospechaba que la actriz sostenía peligrosas relaciones con comunistas de la época y manejaba información que podía afectar a los Kennedy gravemente. Su muerte se cubrió de un halo de misterio. Tres días después, Joe Di Maggio celebró el funeral en privado. Lee Strasberg pronunció las siguientes palabras de despedida: «No puedo decir adiós a Marilyn, nunca le gustaba decir adiós, pero adoptando su particular manera de cambiar las cosas para así poder enfrentarse a la realidad, diré «hasta la vista». Porque todos visitaremos algún día el país hacia donde ella ha partido».

    DESGARROS VERBALES Y MENTALES
    «Me gustaría ser feliz, pero ¿quién es feliz?»

    «El nombre de mi madre era Baker y, bueno, en todos los colegios me registraron como Norma Jean Baker Nunca viví con ella; mi madre tuvo problemas mentales durante toda su vida. Se iba y más tarde algunas personas me decían que era mejor que la olvidara, mejor para mi que hiciera como si estuviera muerta”.

    «De mi padre no supe nada nunca porque no se relacionó conmigo”.

    «Estaba en el orfanato y no era una huérfana, pero estaba allí metida. Más adelante llamaron al Condado para que se ocuparan de mi; era tremendo, allí bajabas y unas mujeres venían y decían: veamos, creo que necesitas unos zapatos. Y cogían y anotaban «un par de zapatos”. Y luego, creo que necesitas dos vestidos: uno, para los domingos y otro, para el colegio. O algo así… y eran como de flores, muy feos. Y los zapatos también, horrendos y me hacían sentirme avergonzada, no los quería”.

    «Siempre soñaba a través de la ventana. Veía polvo en el cristal y lloraba porque veía donde había trabajado mi madre”.

    «Estaba en el Hollywood Studio Club y Tom Nelly me preguntó si posaría desnuda para él. Y le dije: «No, nunca lo haré” pero luego me retrasé con el alquiler, le llamé y le dije: «Estás seguro de que no me reconocerán?” El dijo: «Lo prometo”. Así que lo hicimos. Y eso fue todo”.