MARÍA DOLORES PRADERA

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    María Dolores Fernández Pradera nació en Madrid el 29 de agosto de 1924, conocida artísticamente como María Dolores Pradera, fue una cantante melódica y actriz española, con una larga trayectoria artística que comenzó en 1943 y en la que terminó siendo primera figura del teatro, donde trabajó como actriz y como cantante en espectáculos en directo. Dado el éxito de sus grabaciones discográficas, realizó giras musicales por varios países y se dedicó por entero a la canción desde comienzos de la década de 1970.​
    Es una de las intérpretes españolas que alcanzó mayor fama mundial por difundir algunos géneros de la música popular hispanoamericana, la canción española y la obra de sus más grandes autores. Por su personalidad en el escenario, dotada de una voz grave y contundente y una gestualidad elegante, popularmente se la conoce como La Gran Señora de la Canción.

    Nació en Madrid y fue la tercera de cuatro hermanos. Durante su infancia vivió en España y en Chile, donde su padre, asturiano, tenía negocios. Su madre Carmen Pradera Fuster,​ de origen vasco-francés, enviudó en 1935. En su adolescencia vivió la Guerra Civil española y a su término inició estudios de bachillerato que no terminó para dedicarse al mundo de la interpretación y la música. En la década de los 40, Pradera comenzó su andadura como intérprete en películas como «Yo no me caso» (1944) o «Los habitantes de la casa deshabitada» (1946), pero fueron sus papeles en «Altar Mayor» (1943) y «Inés de Castro», donde representaba a Doña Blanca de Navarra, los que le proporcionaron prestigio y popularidad.
    La fecha de 1947 fue clave en la vida personal de la cantante y actriz, ya que contrajo matrimonio con el actor y escritor Fernando Fernán Gómez, del que se separó diez años después. Fruto de esta relación fueron los dos hijos de la pareja, Fernando y Helena. Otros títulos cinematográficos destacados en los que participó son «Espronceda» de Fernando Alonso (1945), «Embrujo» (1946), la extraordinaria»Vida en sombras», de (1948), de Lorenzo Llobet o «María Antonia la Caramba» (1950).

    Pradera también exploró la representación teatral en diversos teatros de España y México y participando en la compañía teatral de Carmen Carbonell y Antonio Vico. Especialmente destacables son sus interpretaciones en obras de «Madre, el drama padre» (1942) de Enrique Jardiel Poncela, y su participación en representaciones de textos claves de dramaturgos como Federico García Lorca y José Zorrilla. Posteriormente, Pradera se convirtió en la actriz principal del Teatro Eslava de Madrid con la versión de «La Celestina», una obra con la que acudió al Festival de Teatro de las Naciones en París.
    En 1954 pasó a forma parte del Teatro Nacional María Guerrero durante tres temporadas, donde representó comedias como «El Rinoceronte», «El Jardín de los cerezos» y «Soledad». En los 50 hizo películas como «Niebla y sol» (1951), «Vuelo 971» (1953), «La ciudad perdida» (1954) o «Zapacaín el aventuero» (1955).

    Mientras, en el Teatro Lara representó «Las tres perfectas casadas» de Alejandro Cassona y en 1968 interpretó «Mariana Pineda» de García Lorca, en el Teatro Marquina de Madrid. Sus últimos trabajos en el cine fueron la película «Fortunata’ y Jacinta» (1960), «Cena de matrimonios» (1962) o «La Orilla» (1970), donde la actriz culminaría una progresiva retirada de los escenarios y las pantallas para centrarse en el mundo de la canción. Sin embargo, María Dolores Pradera sufrió una grave enfermedad en 1984, por la que tuvo que ser hospitalizada, y que le obligó a dejar los escenarios, reapareciendo en 1987 tras superar la dolencia.
    Cantante de éxito La música fue la otra gran actividad de María Dolores Pradera, debutando en 1952 como cantante en la boite de Alazán, y ya en esta fecha se decantaría por un estilo que sería su seña de identidad musical, el género lírico y folclórico. Prueba de ello son los cerca de 30 discos de oro recibidos a lo largo de su carrera. Algunos de los temas que la encumbraron como interprete musical de referencia en el estilo folcrólico son «Fina estampa», «Toda una vida», «Quisiera amarte menos», «El tiempo que te quede libre», «Amarraditos», «En un rincón del alma», «Dos amores», «Limeña», «Amanecí en tus brazos», «Son de la loma», «Carino malo» y «Tú que puedes vuélvete». En el disco «María Dolores» (1989), colaboró con nombres destacados de la música patria como José Carreras Y Paloma San Basilio. Otros álbumes reseñables son «A mis amigos», «Entrañable» (1990), «Por Derecho» (1992) y «Toda un vida» (1994), explorando en este último el género del bolero. Entre sus últimos trabajos se encuentran diversas colaboraciones con cantautores como Joaquín Sabina o la cantante canaria Rosana y su último álbum, «Al cabo del tiempo», lo realizó con la participación del grupo Los Sabandeños. Pradera dotó a su música de un sesgo internacional, como demuestran la multitud de giras musicales que realizó por Latinoamérica, como en el caso «20 Años México» (1993) que le proporcionó un gran éxito en este país.
    El 7 de octubre de 2016 se le concede la condecoración de la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio. María Dolores Pradera obtuvo numerosas distinciones en reconocimiento a su labor artística, como prueba la concesión de la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo otorgada por el Consejo de Ministros en abril de 2001. También recibió ese mismo año el Premio Homenaje de la industria discográfica de los Premios Amigo. Además, la prestigiosa cantante y actriz recibió el Premio Nacional de Teatro, la Medalla de Bellas Artes, así como el Premio Lara (1992), la Medalla de Oro de Madrid al Mérito Artístico (1987), el Premio Orquídea en (1993) y un Grammy latino. María Dolores Pradera falleció por causas naturales en Madrid el 28 de mayo de 2018 a los 93 años de edad.