JOHN FORD

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    Sean Aloysius O´Feeney, conocido como John Ford nació el 1 de febrero de 1894, falleciendo el 31 de agosto de 1973). Fue, actor, director y productor, cuatro veces ganador del Premio de la Academia. Fue el decimotercer hijo de unos inmigrantes irlandeses instalados en la prometedora América. Tras su intento por ingresar en la Marina, se traslada en 1913 a Hollywood para trabajar con su hermano Francis Ford, director, guionista y actor en la Universal Studios. Diez años después, adoptó el seudónimo de Jack Ford que pronto cambiaría por John Ford.
    Actor y ayudante de dirección en las películas de su hermano, a partir de 1917 empieza a dirigir sus propios filmes para la Universal, eran western interpretados por el mítico Harry Carey, uno de los primeros héroes de oeste americano. Hizo gran número de películas mudas, muchas de ellas de baja calidad, que no han llegado a nuestros días. En 1924, hace su primera gran película, además de su primer éxito importante: «El caballo de hierro».
    Pero fue con el cine sonoro cuando John Ford se consagra por completo. Ya en 1935 ganó su primer Oscar con «El Delator». En toda su carrera obtuvo otros tres más: en 1940, por «Las uvas de la ira»; 1941, por «¡Qué verde era mi valle!» (arrebatándoselo a Orson Welles y su «Ciudadano Kane»); y en 1952, por «El hombre tranquilo».
    EL DIRECTOR MEJOR PAGADO DE HOLLYWOOD
    En 1928 firma un contrato con la Fox de dos años con un sueldo increíble: ganaría 2500 dólares a la semana durante el primer año y 2750 e el segundo, convirtiéndose en el director mejor pagado de Hollywood. «Tragedia Submarina» («Men without Women») de 1930 es la primera colaboración de Ford con el guionista Dudley Nichols. Ford diría de su compañero «Nos hemos hecho muy amigos. Adora el cine. No escribe nunca frases sonoras, escribe con un lenguaje cotidiano, y reduce los diálogos al mínimo. Es un hombre maravilloso».
    En 1931 la Fox, tras haber perdido a William Fox pone fin a su contrato, pero puede seguir trabajando con otras compañías. Sufre su primera desintoxicación alcohólica en un viaje a Honolulú. En ese mismo año dirige «Arrowsmith» con el productor Samuel Goldwyn lo que le reporta una primera nominación a los premios Oscar, a pesar de que le costó adaptarse a las nuevas condiciones de trabajo de su nuevo productor. Su película siguiente, «Correo aéreo» de 1932, es producida por Universal. Además rueda su primera película para la Metro-Goldwyn-Mayer: el
    melodrama «Flesh». Recobra a Dudley Nichols para «La patrulla perdida» que dirige en 1934 con Victor McLaglen, a quien ofrecería un nuevo gran papel en «Hangman’s house».
    ASOCIACIÓN DE DIRECTORES
    En 1934, Ford empieza a participar económicamente en sus películas. Se compró un yate al que bautizó como «L’Araner» en homenaje a Irlanda que tendría hasta 1970.
    En 1935 funda con King Vidor, Lewis Milestone, William A. Wellman, Frank Borzage y Gregory La Cava la Asociación de Directores, reemplazando así la Asociación de Directores de Películas. «El delator» le permitió abordar el tema de la Irlanda en su lucha por la independencia. En esta película se descubre al Ford de los decorados interiores, está lejos de sus grandes producciones y decorados clásicos del oeste. Con este trabajo, inspirado en el cine expresionista recibe su primer Óscar al mejor director que iría a parar a la Asociación de directores.
    En 1939, obtiene un éxito mundial con «La diligencia», con la que el western adquirió la categoría de género mayor. A partir de ahí, las películas que hizo le convirtieron en una leyenda. Además, fue su primera colaboración importante con John Wayne, su actor fetiche que le acompañaría durante toda su carrera. Muchas veces se ha dicho que el personaje de Wayne era el álter ego de Ford: mejor sería decir que era el prototipo de vaquero que el director irlandés se imaginaba.
    Otros actores con los que trabajó fueron: Maureen O’Hara, mujer de gran belleza con carácter fuerte para oponerse a los hombres; James Stewart, Victor McLaglen; Ward Bond, su actor de reparto por excelencia, o Henry Fonda. Se supo rodear de un equipo de grandes especialistas. Entre los guionistas cabe citar a Dudley Nichols («La dilgencia») o Frank S. Nugent («El hombre tranquilo», «Centauros del desierto»); en la fotografía trabajó con grandes maestros como Winton C. Hoch («El hombre tranquilo»), Gregg Toland («Las uvas de la ira») o Gabriel Figueroa («El fugitivo»).
    CONTRALMIRANTE
    Durante la II Guerra Mundial hizo su servicio en la Marina, rodando varios documentales. Logró el grado de contralmirante. Entre estos documentales, «7 de diciembre», sobre el ataque de Pearl Harbor, y «La batalla de Midway». Las dos lograron el Óscar al mejor documental. Realizó también una pequeña película para las familias de las víctimas de Midway llamada «Escuadrón Torpedo». En 1942 se traslada al norte de África para cubrir el desembarco. Durante 1943 cubre multiples operaciones exteriores y las victorias de los aliados en «Victoria en Burma». Cubre también en 1944 el desembarco de Normandía. Sigue también al ejército durante la preparación del Proceso de Nuremberg. De vuelta a la vida civil, y a partir de 1947, fue productor de la mayoría de sus películas. En 1946 firma «Pasión de los fuertes», en 1947 «El fugitivo» y en 1952 otro de sus títulos cumbres, «El hombre tranquilo».
    A John Ford se le ha acusado de republicano recalcitrante y de racista. Nada más lejano a la realidad, él fue uno de los primeros directores en dar dignidad a los indios y en su faceta política, aunque le gustaba demostrar cierta ambivalencia, el mismo se declaraba demócrata liberal y, sobre todo, «soy un rebelde», decía frecuentemente.
    De todos los grandes cineastas americanos ha sido uno de los que más influencia ha tenido en el cine posterior. Poco tiempo después de llegar a Hollywood logró el aplauso y admiración de los productores. Fue uno de los miembros más activos del Sindicato de Cineastas Americanos.
    IMAGEN DEL CINE AMERICANO
    Aunque es popular sobre todo por sus western en su filmografía se encuentran todo tipo de personajes: gente normal, granjeros, emigrantes, obreros, militares oscuros, indios… esta cantidad de personajes pintorescos permiten a Ford hablar con realismo y humor de la gran diversidad del género humano. Está considerado un cineasta de grandes escenarios y paisajes grandiosos.
    John Ford, es después de D. W. Griffith, la imagen del cine americano. Cuando se atrevía a demostrar sus sentimientos, sus películas derrochan una lírica insuperable. Películas de tono épico, sabía conjugar perfectamente el drama con cinceladas de verdadera hilaridad. Fue un maestro del tiempo, un gran director de actores a los que sacaba, a veces cruelmente, sus mejores interpretaciones.
    Es uno de los directores más reconocidos: Cuando a Orson Welles le preguntaron por sus tres directores favoritos respondió: «John Ford, John Ford y John Ford». Su filmografía consta de más de 60 películas y es de destacar el magnífico tándem que formaba con el actor John Wayne, al que dirigió en 20 largometrajes. Murió el 31 de agosto de 1973 en Palm Desert a la edad de 79 años. Se dice, según testigos, que sus últimas palabras fueron: «¿Alguien tiene un cigarro?».