FAY WRAY

    59

    Una de las actrices que transitó con éxito del cine mudo al sonoro, que ha quedado inmortalizada en la historia del cine como la primera y más genuina novia de King Kong, y como la primera reina del grito en la pantalla. Fay Wray nació en un rancho cerca de Cardston, Alberta (Canadá) el 15 de septiembre de 1907. Sus padres eran Elvina Marguerite Jones, natural de Salt Lake City, Utah, y Joseph Heber Wray, natural de Kingston upon Hull, Reino Unido. Su familia se trasladó a Estados Unidos cuando ella tenía tres años de edad. En su autobiografía se discute sobre su ascendencia familiar mormona, pero parece ser que nunca fue bautizada como miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. La familia de Wray vivió en comunidades predominantemente mormonas en Alberta, Arizona y Salt Lake City, antes de mudarse a Los Ángeles, California, donde obtuvo su primer trabajo en el cine en unos cortos cómicos de Hal Roach y en películas del oeste de bajo presupuesto fechadas a inicios de los años veinte.

    Fay dio sus primeros pasos en la interpretación como extra y consiguió la atención de los medios cuando fue seleccionada como una de las WAMPAS Baby Stars en 1926, tras lo cual fue contratada por Paramount Pictures. Uno de sus primeros papeles más significativos fue «La marcha nupcial», cinta que en 1928 dirigió Erich Von Stroheim, quién la seleccionó para el papel principal femenino consagrando a Wray como estrella.

    Tras aparecer en varios largometrajes de terror -«Doctor X» y «El murciélago vampiro», entre otros- y encarnar a una rica mexicana en «¡Viva Villa!», el director Merian C. Cooper llamó a su puerta, le enseñó dibujos de la selva, y le comentó que iba a trabajar con el galán «más alto y rubio de Hollywood. Yo pensé que me hablaba de Clark Gable. Luego, me enseñó el dibujo de un simio gigantesco, del tamaño del edificio del Empire State, y me dijo: Este es tu galán», recordó en una ocasión Wray, Las escenas en que King Kong en lo alto de su montaña juguetea con su dedo por el cuerpo de Alice y le quita algo de ropa como su fuesen pétalos de una flor ha quedado como una de las cumbres del erotismo cinematográfico, mientras que cuando Kong ascendía al Empire State Building llevando en la mano a una Wray aterrorizada hizo que su imagen quedase asociada para siempre con la del simio gigante. «En el estreno de ‘King Kong’, no quedé muy impresionada», dijo en una ocasión. «Pensé que había demasiados gritos» y «no me di cuenta de que King Kong y yo íbamos a estar juntos para el resto de nuestras vidas, y más allá», explicó. Es significativo que para el papel usó una peluca rubia que ocultaba su cabello oscuro.

    Tras «King Kong», Fay Wray haría películas como «El burlador de Florencia» y «El vidente», pero con la llegada de los años 40, pero sus apariciones se hicieron esporádicas y en 1942 se retiró del cine durante 10 años, regresando en 1953, y volcando más su carrera hacia la televisión, apareciendo en diversos episodios de la serie «Alfred Hitchcock presenta». Su última aparición en la pantalla tuvo lugar en 1980.

    En 1988 publicó su autobiografía, «On the Other Hand». En sus últimos años, Wray siguió apareciendo en público, descubriéndose que era una exquisota coleccionista de arte. En 1989 recibió un clamoroso homenaje en el Festival de cine Fantástico de Sitges, cuyo King Kong es símbolo del certamen, y fue invitada a la gala de los Oscar de 1997, donde el presentador de la misma, Billy Crystal, la homenajeó por su contribución al cine.

    A Wray Peter Jackson le propuso hacer un pequeño cameo en la película «King Kong» (2005), y llegó a conocer a Naomi Watts, la cual iba a hacer el papel de Darrow. Sin embargo, antes de iniciar el rodaje, Wray falleció mientras dormía en su casa de Manhattan el 8 de agosto de 2004. Fue enterrada en el cementerio Hollywood Forever en Hollywood, California. Dos días después de su muerte las luces del Edificio Empire State se apagaon durante 15 minutos en memoria de la actriz.

    Por su contribución a la industria cinematográfica, Fay Wray tiene una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, en el 6349 de Hollywood Blvd. Recibió una estrella póstuma en el Paseo de la Fama de Canadá en Toronto el 5 de junio de 2005. En su honor se dio su nombre a un pequeño parque en Cardston, Alberta, en Main Street. En mayo de 2006, el servicio postal de Canadá emitió un sello con su figura.

    Wray estuvo casada tres veces, con John Monk Saunders, Robert Riskin y el Dr. Sanford Rothenberg, y tuvo tres hijos, Susan Saunders, Victoria Riskin y Robert Riskin Jr. En 1935 la bella que hechizó a la bestia, reina del grito, cautiva del gorila más famoso de pantalla, se había nacionalizado estadounidense.