CATE BLANCHETT

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    Catherine Élise Blanchett nació en Ivanhoe, un suburbio de Melbourne, Australia, 14 de mayo de 1969. Su padre era oficial de policía estadounidense y alto ejecutivo de publicidad y su madre maestra de escuela y empresaria australiana. Cuando tenía diez años, Cate y sus dos hermanos, Bob y Genevieve Blanchett, vivieron la pérdida de su padre, que tuvo un ataque al corazón a la edad de cuarenta años, lo que le afectó profundamente y marcaría sus años posteriores
    Cate realizó sus estudios secundarios en el Methodist Ladies College de Melbourne, donde llevó a cabo sus primeros intentos artísticos participando en distintas obras de teatro. Posteriormente fue a la Universidad de Melbourne para estudiar Economía y Bellas Artes; pero, insegura sobre su futuro profesional, abandonó sus estudios para dedicarse a viajar y ganar experiencia antes de decidirse por una carrera. Con 18 años, durante su visita al Reino Unido fue forzada a dejar el país debido a la expiración de su visa. Así, desde el Reino Unido se desplazó a Egipto, donde un cliente del hotel de El Cairo, donde se alojaba, le propuso hacer de extra en una película. Y, puesto que necesitaba dinero, decidió participar en ella, dándose cuenta de que la actuación era lo que le gustaba. De esta forma, volvió a Australia y se inscribió en el Instituto Nacional de Arte Dramático de Sídney en el cual se graduó en 1992 para empezar su carrera como actriz.
    Comenzó su carrera en las tablas en 1992, el mismo año de su graduación, con la obra «Electra» de Sófocles. A partir de entonces se fue adentrando en el mundo escénico llegando a trabajar junto con Geoffrey Rush, en 1993, representando la obra de teatro «Oleanna» de David Mamet, y en 1994 haciendo de «Ofelia» en Hamlet. Su debut cinematográfico llegó el año 1994 cuando consiguió un papel en las película australiana «Police Rescue». Desde ese momento, Cate se fue haciendo su propio espacio en el mundo del séptimo arte de su país natal participando en series de televisión como «Heartland» y «Parklands» mientras mantenía, al mismo tiempo, su trabajo en el teatro.
    Fue en 1997 cuando, a través de la coproducción cinematográfica australoamericana «Camino al paraíso», Cate realizó su salto internacional. A pesar de tener solo un papel secundario como parte de un grupo de mujeres que eran hechas prisioneras por los japoneses en Sumatra durante la Segunda Guerra Mundial, esta participación le permitió compartir escenas con actrices tan veteranas como Glenn Close y Frances McDormand. Con esta experiencia, el mismo 1997 consiguió protagonizar su primera película, «Oscar y Lucinda», en la que trabajó junto con el actor británico Ralph Fiennes, y por la que recibió una nominación como mejor actriz del Instituto Cinematográfico Australiano.
    Su consagración internacional llegó en 1998 con su destacada encarnación de Isabel I en «Elizabeth». El carácter duro y a la vez sensible que Cate tuvo que representar en el papel de la heredera feminista australiana Lucinda impresionó al director de la película, Shekhar Kapur, que la seleccionó para el papel de la Reina Virgen inmediatamente después de ver el tráiler de «Oscar y Lucinda» en la oficina de su director de casting. Según él, desde el primer momento no tuvo ninguna duda. Buscaba fundamentalmente tres cosas: la habilidad de ser de 400 años antes, la habilidad de ser de la actualidad y la habilidad de no estar más que en espíritu; y Cate cumplía con las tres condiciones a la perfección. Éste era el efecto que su imagen transmitía. El personaje le otorgó diversas distinciones y reconocimientos, como un BAFTA, un Globo de Oro y su primera nominación al premio Óscar.

    A partir de ese momento los estudios no dudaron en enviarle nuevos proyectos en los que ella fuera la protagonista. Pero Cate tenía otros planes. Rechazó la mayor parte de estos papeles y se dedicó a aceptar sólo aquellos roles que le aportasen nuevas experiencias; como su interpretación en «El talento de Mr. Ripley» o en «Un marido ideal». De esta manera, Cate se estaba preparando para conseguir una larga carrera profesional como actriz, y no como una simple estrella de Hollywood.

    Entre 2001 y 2003 participó en la trilogía cinematográfica de Peter Jackson «El Señor de los Anillos» basada en las obras de J. R. R. Tolkien, como la elfa Galadriel, repitiendo este mismo papel en las tres películas basadas en «El hobbit». La pálida y sobrenatural imagen que dio al personaje de Galadriel le valió la aprobación de la mayor parte de los fans de los libros de J. R. R. Tolkien. Ello, no obstante, no le impidió seguir trabajando en otras cintas de carácter más independiente que le permitiesen realizarse como actriz. Así, en el año 2001 interpretó a Charlotte Gray, una joven escocesa que se une a la resistencia francesa, en la película británica del mismo nombre, y en 2003 se la pudo ver en la película «Veronica Guerin», donde protagonizó la verdadera historia de Veronica, una periodista irlandesa que se enfrentó a los distribuidores de droga de Dublín. Con esta última interpretación, Cate, una vez más, demostró que era capaz de superarse otorgando a su personaje no una simple imagen mitificada, sino la imagen de una mujer real que lucha para un mundo mejor mostrándose tozuda, egocéntrica e, incluso, afectada por su propia fama. Un duro trabajo artístico que siguió una vez terminada la última entrega de la trilogía de «El Señor de los Anillos», el año 2003, con «Coffee and Cigarettes», un filme de bajo presupuesto sobre vidas paralelas, y el año 2004 con la película «Life Aquatic».
    A pesar de mantenerse al margen de los grandes estudios cinematográficos, su talento no pasó desapercibido. En el año 2004 trabajó con Martin Scorsese en «El aviador», una película biográfica del gran empresario estadounidense Howard Hughes, el cual fue interpretado por Leonardo DiCaprio. Con este proyecto, Cate tuvo que enfrentarse al reto de su vida al tener que dar forma a una de las grandes actrices clásicas de Hollywood, Katharine Hepburn. El resultado, sin embargo, fue excelente. No sólo satisfizo al público, sino también a los expertos de la Academia. De manera que en 2005 recibió su segunda nominación a los Óscar y, esta vez, para ganar la estatuilla como mejor actriz de reparto.

    A pesar del reconocimiento profesional que recibió en 2005, el año 2006 superó todas las expectativas de Cate. Aquel año estrenó tres nuevas películas, y de éstas, las tres fueron nominadas de nuevo a los Premios Óscar. La primera fue «Babel», donde su director, el mexicano Alejandro González Iñárritu, hizo un análisis de las personas sometidas a presión a través de distintas historias que conducían a hacer una vuelta al mundo. Blanchett, junto con Brad Pitt, encarnó a una turista americana que disfrutaba de sus vacaciones en Marruecos y se encontraba inmergida en un tiroteo del cual salía gravemente herida. La segunda de estas películas fue «El buen alemán», de Steven Soderbergh, un intento de recuperar el estilo de las películas de los años 40 en blanco y negro sobre la Alemania de la posguerra, y donde trabajó con los conocidos actores George Clooney y Tobey Maguire. Y, finalmente, la tercera fue «Diario de un escándalo», donde compartió protagonismo con la veterana actriz británica Judi Dench; ambas obtuvieron una respectiva nominación a los Óscar.
    Cate estaba viviendo uno de los momentos más brillantes de su carrera, y el año 2007 no fue menos que los anteriores. Aquel año supuso para Cate recuperar su principal papel cinematográfico, el de Isabel I de Inglaterra. Con el mismo Shekhar Kapur que la dirigió en la primera película, la actriz volvió a introducirse en el personaje de Elizabeth, pero, esta vez, treinta años más tarde, en el momento de más gloria de la reina, la que sería llamada La edad de Oro de Inglaterra. En «Elizabeth: la edad de oro» Cate tuvo que enfrentarse a una reina calculadora, inteligente, temperamental y asimismo vulnerable desde su trono. La nueva interpretación que hizo de la reina le valió otra vez una nominación como mejor actriz en los Óscar junto con la que obtuvo como mejor actriz de reparto por su otra película del año, «I’m not there». Con éstas, Cate pasa a ser recordada en la historia del cine como el undécimo intérpretre en ser nominado en un mismo año por la Academia de Hollywood en las dos categorías, y la primera actriz en recibir una segunda nominación por un papel anterior. Aunque no salió ganadora, ambas representaciones tuvieron su merecedor reconocimiento en los festivales internacionales. Cabe destacar, sobre todo, el Globo de Oro y la Copa Volpi que recibió en Venecia por su representación de Jude Quinn en «I’m not there».

    En 2008 Cate participó en «Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal», la cuarta entrega de Indiana Jones, a las órdenes de Steven Spielberg; y también en «El curioso caso de Benjamin Button», una nueva película con Brad Pitt, antiguo compañero de rodaje, cinta que tuvo trece nominaciones en la ceremonia de los Premios Óscar de aquel año. En 2010 estrenó la nueva versión cinematográfica de la leyenda de Robin Hood dirigida por Ridley Scott,, titulada precisamente «Robin Hood», donde interpreta a Lady Marian. Además, rodó «Hanna», su primera colaboración con el director británico Joe Wright, un thriller de acción sobre una joven adolescente que es entrenada para matar. La cinta se estreno en 2011 y reunió por primera vez en la gran pantalla a Cate Blanchett con el también australiano Eric Bana y la actriz irlandesa Saoirse Ronan. A finales de 2012 llegó el estreno de «El hobbit: un viaje inesperado», en la que retoma su personaje de Galadriel, primera entrega de una nueva trilogía que prosigue con «El hobbit: la desolación de Smaug» y «El hobbit: partida y regreso», respectivamente. Y cierra 2013 con el enorme éxito de «Blue Jasmine», a las órdenes de Woody Allen, como una mujer neurótica con un altísimo ritmo de vida que, tras el encarcelamiento y muerte de su estafador marido, no consigue adaptarse a una vida más humilde. Por la película logra su segundo Oscar.
    Y en 2014, «The Monuments Men», a las órdenes de George Clooney, la madrastra de «La Cenicienta», la nueva adaptación del cuento de Charles Perrault con dirección de Kenneth Branagh, «Carol», un drama lésbito de Todd Haynes junto a Rooney Mara.

    La actriz goza de una feliz estabilidad emocional junto a su marido, el guionista y dramaturgo australiano Andrew Upton, a quien conoció en 1996. De hecho, su relación no fue un amor a primera vista. Tal como ella misma reconoce: «Él pensaba que yo era distante, y yo que él era arrogante. Esto muestra lo equivocada que una puede llegar a estar. Una vez que me besó, todo cambió». Se casaron el 29 de diciembre de 1997 en el Parque Nacional de las Montañas Azules de Nueva Gales del Sur (Australia), justo antes de que Cate empezara su rodaje de «Elizabeth». Desde entonces han tenido tres hijos: Dashiell John, nacido el 2001, Roman Robert, en 2004, e Ignatius Martin, en 2008.
    Después de vivir en Brighton (Inglaterra) durante varios años, toda la familia volvió a Sídney el año 2006. Según explicó, se dieron cuenta de que su identidad estaba en Australia, donde ellos habían nacido. Así, compraron una casa en Australia ese mismo año donde, además, tuvieron a su último hijo (los dos primeros nacieron en Londres). Desde allí, Cate combina su carrera cinematográfica con su participación en el teatro de Sídney. Blanchett y Andrew Upton, son los directores artísticos de la Sydney Theatre Company.Además, interviene en algún que otro spot publicitario como la línea de cremas SK-II de Donna Karan del año 2008. Cate Blanchett se declara una persona hogareña, ecologista y antibotox. Es contraria a los escándalos e incluso, a veces, a las ventajas que le ofrece la fama.