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Sinopsis
Paul Vitti (Robert De Niro) es un poderoso jefe de la Mafia italiana en Nueva York. Ha crecido en el mundo del crimen organizado y ha sido preparado para sus futuras responsabilidades por Manetta, que ha sido su mentor y un padre para él (puesto que a su propio padre lo mataron a tiros hace años). Cuando llega el momento de que Paul Vitti asuma su papel como jefe de la familia mafiosa, de repente empieza a tener problemas con su respiración. No puede dormir, se muestra distante y preocupado con su esposa y sus hijos; su amante quiere saber por qué ha decaído su interés en el amor, y sus leales secuaces se sorprenden de verle repentinamente preocupado. Si las demás familias mafiosas se enteran de que Paul Vitti está teniendo ataques de pánico, ¿cómo va a poder dirigir su negocio? Se supone que debe inspirar pánico, no experimentarlo. No le queda más remedio, en contra de las reglas más básicas de su entorno, que someterse a una terapia psicológica para resolver sus problemas. El doctor elegido para ello es Ben Sobol (Billy Crystal), un psiquiatra divorciado que vive en las afueras de Nueva York y tiene un hijo pequeño (Kyle Sahiby) y una prometida, Laura MacNamara, (Lisa Kudrow) con la que está a punto de casarse. Es un tipo agradable y un padre cariñoso, atormentado por su relación con su propio padre, Isaac (Bill Macy), un pretencioso psiquiatra del Upper East Side con mucho éxito y al que le encanta aparecer en los medios de comunicación. Ben no quiere parecerse en nada a sus autocomplacientes padres, incluso si el rehuir la publicidad significa tener que soportar una lista de pacientes llena de quejicas grises, aburridos y neuróticos, en la que no hay ni un solo caso digno de interés. En consecuencia, la vida de Ben es bastante corriente, hasta que golpea por detrás a un coche en marcha, pero no a un coche cualquiera, sino a un coche conducido por Jelly (Joe Viterelli), el guardaespaldas de Paul Vitti. Naturalmente, a la gente de Vitti le traen sin cuidado los partes a la compañía de seguros. Pero cuando Ben Sobol le entrega a Jelly su tarjeta, se produce el comienzo de una relación. No entre un conductor y otro, sino entre médico y paciente. Paul Vitti confía a su secuaz que está pensando en buscar un psiquiatra, y el siempre leal Jelly le ofrece a su jefe la tarjeta de Ben Sobol. Vitti busca inmediatamente al único psiquiatra de] que ha oído hablar, y exige a Ben que le cure sus ataques de pánico de forma inmediata y completa antes de una inminente reunión de la familia mafiosa, en la que Vitti tendrá que enfrentarse a los otros líderes de la Mafia y demostrar que tiene lo que se necesita para ser un capo. Ben no quiere tomar parte en todo esto. Está deseando celebrar un matrimonio tranquilo y llevar una vida familiar pacífica, ese nirvana burgués que nunca ha podido conseguir. Pero algo dentro de él está fascinado; se trata del caso más emocionante con el que jamás se ha encontrado. ¿Podría hacerse cargo de él? ¿Qué tipo de consejo psiquiátrico se le da a un tipo que resuelve sus problemas con una pistola y un saco de cemento? A partir de ese momento Ben tendrá que padecer la constante presencia de gángsters a su alrededor, entrometiéndose en todos los rincones de su vida, pese a que intenta ocultar a los muy conservadores padres de su novia esta peculiar relación con la Mafia.