UN PROFETA

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    Titulo original: Un prophète
    Año: 2009
    País: Francia - Italia
    Duración: 154 min.
    Dirección: Jacques Audiard
    Guión: Jacques Audiard y Thomas Bidegain, basado en un argumento de Abdel Raouf Dafri y Nicolas Peufaillit
    Música: Alexandre Desplat

    Intérpretes

    Tahar Rahim, Niels Arestrup, Adel Bencherif, Hichem Yacoubi, Reda Kateb, Jean-Philippe Ricci, Gilles Cohen, Antoine Basler, Leïla Bekhti, Pierre Leccia, Foued Nassah, Jean-Emmanuel Pagni, Frédéric Graziani, Slimane Dazi, Rabah Loucif, Serge Onteniente, Hervé Temime, Taha Lemaizi, Mohamed Makhtoumi, Karim Leklou, Farid Larbi, Doula Niang, Mamadou Minte, Guillaume Verdier, Mourad Frarema, Zohra Benali, Sabar Kabbouchi, Eric Badoc, François De Courcelle, Nathanaël Maïni, Charles Maestracci, Laurent Blanquet, Jean-Pierre Guinebert, Pascal Henault, Hakim Sid, Kamel Labroudi, Mustapha Benstiti, Alain Raymond, Franck Xabrame, Didier de Backer, Patrick Mochen, Gilles Bellomi, Malaïc Mekeri, Fadil Kadri, David Dupays, Arsène Benziane, Kamel Ferrat, Karim Traikia, Cindy Danel, Abdelaziz Mahtou, Alexandre de Seze, Kamel Saadi, Slim El Hedli, Farid Elouardi, Veronica Ghio, Sonia Hell, Salem Kali, Franck Pech y Alaa Safi.

    Premios

    Gran Premio del Jurado del Festival Internacional de Cine de Cannes. Seleccionada para la sección Zabaltegi del Festival de San Sebastián.
    Nominada al Oscar a la Mejor película en idioma extranjero
    Premio BAFTA de la Academia de Cine Británico a la mejor película en lengua extranjera.
    Premio al Mejor Actor (Tahar Rahim) y Premio a la excelencia en los Premios Europeos del Cine. Nominada a los Premios Europeos del Cine a la Mejor Película, al Mejor Director, al Mejor Guión y a la Mejor Fotografía.
    Nominada al Goya a la Mejor Película Europea. Nominada al Globo de Oro a la Mejor Película en idioma extranjero

    Premio Lumière al Mejor Actor (Tahar Rahim) y al Mejor Director.

    Sinopsis

    Malik El Djebena (Tahar Rahim), un delincuente magrebí de poca monta de 19 años, que no sabe leer ni escribir, entra en una prisión francesa para cumplir una condena de seis años. Al entrar debe depositar sus escasos objetos personales, que se le devolverán cuando quede libre, tabaco, un billete de 25 francos y poco más. En árabe y sus perspectivas en la prisión no son muy atractivas. Pronto uno de los presos le exige sexo a cambio de drogas. La cosa parece empeorar: arrinconado por César Luciani ( Niels Arestrup), el veterano cabecilla de la banda de corsos que domina la prisión, le encomienda una misión para ponerle a prueba: Deberá matar el preso que le chantajeó, o de lo contrario él mismo será el asesinado. Cumple el encargo y la banda de corsos que domina la prisión, le encomiendan otros trabajos que debe cumplir para hacerse más fuerte y ganarse la confianza del líder. Con el tiempo aprende primero a leer y a escribir, y después a hablar corso y pronto se convierte en el lugarteniente del capo mafioso, un árabe entre corsos. A la vez, se aplica en cumplir todos los reglamentos de la prisión, se mueve con inteligencia y espera pacientemente su momento. Pronto comienza a obtener permisos de fin de semana, que utilizará para llevar a cabo en la calle los encargos de su jefe. En estas salidas entabla relación con una chica y, tras salir ileso de un accidente de coche, se da cuenta de que debe hacer sus propios planes y tomar una decisión que le condicionará toda su vida. Cuando al cabo de los seis años haya cumplido la condena, le devuelven los 25 francos y el tabaco que había depositado al entrar, y sale de prisión convertido en el jefe de la mafia, escoltado por su gente, con coche, mujer y un hijo.

    Comentario

    Entre el asombro y el rechazo “Un profeta” nos ata a la butaca y nos obliga a asistir sin pestañear a la truculenta metamorfosis de Malik, un auténtico halcón con torcida vocación de paloma. Rechazo produce la violencia que todo ese entorno destila, una violencia seca y sin retóricas. El asombro viene de la mano de un director, Audiard, en estado de gracia. Habituados a dramas carcelarios entre buenos, malos y resultones, aquí –más que la sospecha- tenemos la percepción de estar viendo las tripas mismas del día a día entre barrotes, la realidad tal cual, sin adornos ni metáforas. Y no cuenta nada que no ocurra a cada paso: un chorizo de medio pelo, un chaval, entra en la cárcel como becario del delito… hasta ahí lo proverbial. Pero el aprendiz hace una suerte de “master en el extranjero” con la banda de los corsos y sale graduado en delincuentes y delincuencia. Toda una reconversión personal exenta, por supuesto, de moralidad, que sin embargo nos hace casi cómplices de ese protagonista al que, duro finalmente él, no le tiembla la mano cuando mata y engaña. El proceso resulta tan minucioso como fascinante; le seguimos, le entendemos, y sentimos que eso es así porque Jacques Audiard nos lleva de la mano y nos obliga a compartir, más que con sagacidad, con maestría, cada uno de sus pensamientos, de sus movimientos y hasta le da cuerpo y voz a su conciencia. Todo ello lo consigue también a través del portentoso trabajo de un actor, Tahar Rahim, espejo tanto de la ingenuidad como de la villanía. Sencillamente espectacular. Y además con un final, -dos escenas bordadas-, en el que va subiendo –cómo no- la música de “Makinavaja”.