Titulo original: Moonlighting
Año: 1982
País: Gran Bretaña – Alemania (RFA)
Duración: 97 min.
Dirección: Jerzy Skolimowski
Guión: Jerzy Skolimowski
Música:
Stanley Myers
Intérpretes
Jeremy Irons, Eugene Lipinski, Jirí Stanislav, Eugeniusz Haczkiewick, Edward Arthur, Denis Holmes, Renu Setna, David Calder, Judy Gridley, Claire Toeman, Catherine Harding, Jill Johnson, David Squire, Michael Sarne, Lucy Hornak, Robyn Mandell, Ann Tirard, Christopher Logue, Hugh Harper, Julia Chambers, Fred Lee Own, Kenny Ireland, Trevor Cooper, Iain Ormsby-Knox, David Gant, Jenifer Landor, Jenny Seagrove, Ian McCulloch, Laura Frances Hart, Dorota Zieciowska y Jerzy Skolimowski.
Premios
Premio al Mejor Guion en el Festival Internacional de Cine de Cannes
Sinopsis
Nowak (Jeremy Irons), es el maestro de obras de una cuadrilla de albañiles polacos que llegan a Londres con un visado turístico de un mes y trabajan clandestinamente en la rehabilitación de una casa. Con el objetivo de llegar a tiempo al plazo fijado, el grupo se emplea a destajo. No obstante, se las arreglan para seguir en contacto con sus seres queridos en Polonia. Nowak es el único que habla inglés y sirve de interlocutor al resto de obreros con la población local. Un día que Nowak intenta hablar con Polonia por teléfono, una operadora le informa de que las comunicaciones con su país están suspendidas. Desorientado, el albañil pregunta el motivo y ella le sugiere que vea los informativos en televisión. Nowak se entera de este modo que se ha declarado el estado de excepción en el país tras un golpe de estado del general Jaruselvsky, una noticia que decide mantener en secreto para tener a los obreros aislados y así conseguir que terminen el trabajo.
Comentario
Jerzy Skolimowski, “enfant terrible” de la cinematografía polaca en los 60 (status compartido con Roman Polanski) y uno de los exponentes del nuevo cine polaco de aquella década, dirigió, ya exiliado en Inglaterra, este filme sobre el desarraigo. La historia de unos obreros polacos emigrados a Gran Bretaña, tiene un fuerte tono autobiográfico (el propio Skolimowski había reconstruido su casa en Londres con ayuda de compatriotas) y en su momento fue una diáfana metáfora de la situación en Polonia poco después del golpe de estado del general Jaruzelski. Una historia muy introspectiva, fría, pero nunca distante, narrada en off por el propio protagonista, descubriendo sus pensamientos. El filme, que fue seleccionado para la competición del Festival de Cannes, consagró definitivamente a su protagonista, Jeremy Irons, cuyos trabajos más importantes hasta ese momento había sido “Retorno a Brideshead” y “La mujer del teniente francés”.
