Dimitri Tiomkin.
Intérpretes
Sinopsis
La acción sucede durante el reinado del faraón Keops (Jack Hawkins), unos tres mil años antes de Cristo. El faraón acaba de regresar de una de sus conquistas y ha concebido el proyecto de edificar una pirámide monumental, que le sirva de tumba cuando muera. Quiere que, una vez cerrada, la tumba sea impenetrable para que los ladrones no se puedan llevar el tesoro real. Sus arquitectos no encuentran un eficaz dispositivo de cierre, y Keops debe recurrir al ingeniero Vashtar (James Robertson Justice), que ha traído prisionero con otros cientos de miles de personas, de su última campaña. Vasthar promete al faraón una tumba inexpugnable si cada año va liberando a una parte de su pueblo. Se ponen de acuerdo y comienzan los trabajos de la gigantesca obra. Durante quince años, cientos de esclavos trabajan arrastrando bloques de granito. Vashtar va perdiendo la vista por lo que su hija Senta (Dewey Martin) pretende ayudarle, cosa a la que su padre se niega en principio, porque todo el que conozca el secreto de la tumba deberá morir con el faraón. Pero finalmente le ayuda en secreto. Mientras tanto, el faraón se ha casado por segunda vez con una princesa chipriota, Nellifer (Joan Collins), que le traiciona y pretende derrocarle con la ayuda del jefe de la guardia. Keops se da cuenta a tiempo de la traición y da muerte al oficial, pero no puede impedir que muera su primera esposa, madre de su único hijo. Keops es herido en el interior de la pirámide y es Senta quién le saca del laberinto. Por tanto, padre e hija están condenados a morir cuando deje de existir el faraón. Muere por fin Keops luchando contra el oficial infiel y Nellifer decide ser reina de Egipto. Para ello, junto al sacerdote Hamar (Alexis Minotis), debe asistir a la inhumación de los restos del faraón en la cámara interior de la pirámide. Hamar, en calidad de regente, ordena la puesta en libertad de Vashtar y Senta, pues aunque conocen el secreto del mecanismo del cierre de la pirámide, este es irreversible, de forma que una vez cerrado, no se puede abrir.