Titulo original: The Good Heart
Año: 2009
País: Dinamarca – Islandia – EE.UU. – Francia – Alemania
Duración: 95 min.
Dirección: Dagur Kári
Guión: Dagur Kári
Música:
Orri Jonsson y Dagur Kári.
Intérpretes
Paul Dano, Brian Cox, Stephanie Szostak, Isild Le Besco, Damian Young, Clark Middleton, Susan Blommaert, Nicolas Bro, Naeem Uzimann, Bill Buell, Edmund Lyndeck, Elissa Middleton, Stephen Henderson, Michael J. Burg, Daniel Raymont, André De Shields, Henry Yuk, Adam S. Phillips, Ed Wheeler, Steve Axelrod, Sonnie Brown, Aristedes Philip DuVal, Seth Sharp, Halfdan Pedersen, Þórir Roff, Haraldur Jónsson, Darren Foreman, Kjartan Þórarinsson, Catherina Ren Knerr, Leifur Magnusson, Michael Pollock, Alice Olivia Clarke, Sruli Recht, Alexander Zaklynsky, Henry Lovell Smith, Michelle J. Nelson, Sean McGlynn, Carsten Thomas, Guy Conan Stewart y Robert Nelson.
Premios
Seleccionada para el Festival de Cine de Gijón
Sinopsis
Lucas (Paul Dano) es un joven de buen corazón que vive en una caja de cartón debajo del puente de Brooklyn. Sin perspectivas para el futuro, intenta suicidarse, pero su intento acaba fallando, como todas las cosas que ha intentado en su vida… Mientras se recupera en el hospital, tiene que compartir la habitación con Jacques (Brian Cox), un malhumorado propietario de un bar, de carácter colérico y estilo de vida nada saludable, que acaba de sufrir su quinto infarto. Decidido a que su bar siga funcionando, y consciente de que sus días están contados, Jacques toma a Lucas bajo su maltrecha ala y lo instruye en las reglas decididamente misteriosas por las que él se rige. Lamentablemente para Lucas, el método pedagógico preferido de Jacques consiste en gritar, despotricar y tirar cosas. Algunas de sus estrictas normas incluyen no tener nuevos clientes, no confraternizar con ellos y, la más importante, nada de mujeres. Su amistad se ve puesta a prueba cuando la aturullada April (Isild Le Besco) entra en el bar y Lucas insiste en que tienen que ayudarla.
Comentario
Adentrarnos en “La casa de las ostras” es como llegar a una isla lejana, un lugar en medio de la nada, en el que nos recibe, para empezar, un patrón desafiante, tenso y agresivo detrás del mostrador. Luego vemos cómo circulan por ese mundillo personajes de lo más pintoresco, descolocados todos, como caídos de un guindo, tan diferentes… y tan cohesionados, sin embargo. A ese escenario algo esperpéntico se sumará también un invitado especial, “un buen corazón” y no mucho más tarde una mujer que pide ayuda, asilo, y entra allí llorando. Con todos estos elementos en la mano, imposible no recordar de pronto “Bagdad Café”. Porque, además de todas esas circunstancias, tiene este cuento, como aquel, un aroma irrefrenable de fábula, de equilibrio mágico: en medio del mundo hostil, vienen a decir en todo caso los dos, siempre hay un lugar para el hechizo. Claro que los personajes son muy diferentes, cambia el entorno y poseen vida propia, un desarrollo distinto… y, por ejemplo, los diálogos, las respuestas y las salidas del cascarrabias deslenguado que encarna Brian Cox son seguramente lo mejor de “The good heart”, aunque no está nada mal la respuesta que le ofrece (las caras y las expresiones) el joven Paul Dano, un tandem, en suma, que sustenta casi por sí solo el relato de arriba abajo. Porque, como ya se ha dicho, la historia, en frío, puede resultar inexplicable, tan mágica o tan increíble, tan absurda y angelical, que es imposible hacer cuadrar semejante ejercicio de emotividad y buen rollo. Pero aquí también se trata de eso, de conjurar la soledad y el miedo.