Titulo original: Limittles
Año: 2011
País: EE.UU.
Duración: 105 min.
Dirección: Neil Burger
Guión: Leslie Dixon, basado en la novela de Alan Glynn "The Dark Fields".
Música:
Paul Leonard-Morgan y Nico Muhly
Intérpretes
Bradley Cooper, Robert De Niro, Abbie Cornish, Andrew Howard, Anna Friel, Johnny Whitworth, Tomas Arana, Robert John Burke, Darren Goldstein, Ned Eisenberg, T.V. Carpio, Richard Bekins, Patricia Kalember, Cindy Katz, Brian A. Wilson, Rebecca Dayan, Ann Marie Green, Damali Mason, Meg McCrossen, Tom Bloom, Nina Hodoruk, Tom Teti, Stephanie Humphrey, Joe McCarthy, Peter Pryor, Daniel Breaker, Chris McMullin, Dave Droxler, Luisina Quarleri, Piper Brown, Simon MacLean, Saxon Palmer, Stephen Sable, Caroline Maria Winberg, Damaris Lewis, Martha Ann Talman, Robert Bizik, Hugh Douglas, Howard Strong, Arlette de Alba, Eddie Fernandez, Ray Siegle, Nicolas le Guern, Richard Miller, Violeta Silva, Anna Parkinson, Laurence Roscoe y Ashley Klein.
Sinopsis
El aspirante a escritor Eddie Morra (Bradley Cooper) sufre de bloqueo de escritor crónico, pero su vida da un giro en cuanto un viejo amigo le da a conocer el NZT, un medicamento revolucionario que le permite aprovechar su potencial por completo. Con cada impulso nervioso, Eddie puede recordar absolutamente todo lo que ha leído, visto o escuchado, aprender cualquier idioma en un día, entender ecuaciones complejas y encantar a todo aquel con el que se cruce – siempre que continúe tomando la droga experimental. Eddie no tardará en conquistar Wall Street, convirtiendo un pequeño capital en millones. Sus hazañas llaman la atención del magnate Carl Von Loon (Robert De Niro), quien le invita a a participar en la fusión corporativa más grande de la historia. Pero Eddie también llama la atención de personas desesperadas por hacerse con un alijo de NZT. Con su vida amenazada y las consecuencias brutales de los efectos secundarios de la droga, Eddie esquiva acosadores misteriosos, un gangster vicioso y una investigación policial intensa, mientras intenta aferrarse a su menguante suministro el tiempo suficiente para zafarse de sus enemigos.
Comentario
Desde "El resplandor", "Barton Fink" o "Adaptación" y con Jack Nicholson, John Turturro y Nicolas Cage, el cine de Stanley Kubrick o los Coen ha mostrado una eterna fascinación por el bloqueo creativo de los escritores. Una última muestra de ello: "Sin límites", en la que un estúpido Bradley Cooper -considerado un sex symbol para la mujer inteligente- es un novelista frustrado que se atreve con una droga experimental que eleva su coeficiente mental al cielo. Generalmente estos personajes se dan a la bebida, se arrancan los pelos, hablan con muertos o se meten drogas. En este género, el autor más adaptado es Stephen King. Y es inolvidable, el terror de Shelly Duvall cuando descubre la tonelada de folios en blanco de "Johnny" Nicholson en "El resplandor". En "Sin límites", Eddie Morra, un tipo bastante bobo, prueba una droga que le convierte en un cerebro superseguro que escribe una novela brillante en sólo cuatro días gracias a una automedicación que pone en marcha neuronas que generalmente no usamos. El guión sigue las teorías de la neuróloga Alice Weaver Flaherty acerca de que la inteligencia no está en el cortex, sino en el "limbic brain", sede del instinto. Lo escribió en "La enfermedad de medianoche: el impulso de escribir, el bloqueo creativo y el cerebro de la creación". Ella misma experimentó con drogas a la hora de escribir con resultados evidentes. Tras dar a luz sufrió de hipergrafía: exceso de escribir. No podía parar de hacerlo de forma compulsiva y se separó de familia y amigos. En el caso de Eddie, una depresión de caballo y ansiedad, es la causa del bloqueo. Desde el momento en que escribir es la causa de la angustia, se producen los folios en blanco. Pero se ha comprobado en periodismo que cuanto mayores y más cercanas las fechas de entrega -con la subsiguiente entrega de cheque-, mejor se escribe. Como en el tenis. Cerca del match point y frente a una derrota, se erigen victorias. Una anécdota de un famoso escritor en una charla. Una tertuliana preguntóle cómo vencer al bloqueo y él contestó: pagar la hipoteca. Y quizá la fascinación del cine por personaje tan perdedor es que cualquiera cree que lleva un escritor dentro y tiene una novela guardada en la mesilla. Todos los "escritores" que Hollywood han producido creen firmemente que sus carreras, uniones sentimentales, casas, piscinas y fortunas dependen de un libro afortunado. Generalmente, en estas historias, los escritores "enfermos" encuentran al final una aventura vital más elevada que rompe el maleficio. Es lo que se necesita: una aventura más importante que juntar palabras, una experiencia que cambie toda una vida y aleje de una novelita. Algo que exija una enorme imaginación y sentido de riesgo. "Sin límites" es por ello de obligado visionado, sin olvidar los ojos de Bradley Cooper, más azules que el agua de una piscina.